Las mediaciones de la Iglesia
Por: Carlos Meneses
“La voluntad de acercamiento que tienen para con los peruanos la iglesia cristiana debe ser considerada y respetada por todos aquellos que piden su mediación en los conflictos que se confronten”.
Cuando por invitación del congresista Bermejo, el presidente Castillo aceptó conversar con el cardenal Pedro Barreto, arzobispo de Huancayo y con Max Hernández, secretario ejecutivo del Consejo de Estado para tratar de arreglar las diferencias existentes entre los poderes Ejecutivo y Legislativo, ese afán terminó en una apreciación que hizo el presidente del Consejo de Ministros, Aníbal Torres quien calificó de miserable al prelado eclesiástico.
La Conferencia Episcopal Peruana que reúne a los arzobispos y obispos de todo el país ha ofrecido, en toda ocasión su mediación, pero después de lo infelizmente ocurrido con el cardenal era lógico pensar que la Iglesia y sus dignatarios iban a ser muy cuidadoso en prestarse a una aventura semejante en el quehacer político peruano.
Es lógico que la Iglesia tenga buenos propósitos para mantener la paz entre quienes vivimos en este país y en procurar acercamientos allí donde sea conveniente su presencia e intervención, pero solo a solicitud de las partes y cuando se garantice respeto y autoridad moral suficiente a todo aquel que pida la bondad de la gestión religiosa.
Por eso se explica que al ocurrir lo penoso de Caravelí, la Iglesia haya sido prudente en precisar que solo en condiciones adecuadas, siempre y cuando se les respete, se reconozca su autoridad mediadora, participará nuevamente en un empeño similar.
Lo lamentable de todo esto es que quien pronunció palabra insultante para el arzobispo de Huancayo no tuviera como respuesta un ofrecimiento de disculpas por su exceso inaceptable para quien solo cometió el error de hablar con alguien con propósito sano de buscar paz entre peruanos. En esto no hay diferencia con las demás iglesias cristianas del Perú a todas ellas las anima el mensaje que Cristo dejó durante su paso por la tierra para que se procurara paz y armonía entre los seres humanos que aquí hay.