Así encuentras al hombre ideal
Por: María Marín

La búsqueda del hombre ideal puede dejarte exhausta y frustrada, especialmente cuando crees que encontraste al hombre perfecto y después de varias citas, hace ¡puff! como si la tierra se lo hubiera tragado. ¿Por qué? posiblemente cometiste un grave error en el juego de las citas: estabas demasiado disponible. Le enviaste mensajes de texto, lo pediste de amigo en Facebook y le diste «like» a todas sus fotos de Instagram, todo esto apenas con una semana de conocerle.

A los hombres les huyen a las mujeres pegajosas. A ellos les atraen aquellas que se dan importancia y valor. Es como los diamantes. ¿Soñarías con tener un hermoso diamante de 5 quilates si todo el mundo tuviera uno? ¡Claro que no! pues sería algo común que nadie se desviviría por conseguir.

Por naturaleza, los humanos deseamos lo que es difícil de obtener. Es decir, los hombres quieren una mujer diamante. ¿Cómo puedes parecerte a esta piedra preciosa?

Sé única: así como hay millones de mujeres, hay millones de diamantes, pero por cada millón, sólo uno de ellos pesa más de 1 quilate, o sea vale más. ¿Que te hace a ti sobresalir de las demás? Usa esa cualidad especial que posees a tu favor. Se diferente para que el hombre que te provoca maripositas en el estómago vea en ti un diamante único.

Sé deseada: cuando se descubrieron nuevas minas de diamantes, los inversionistas temieron que con tantos diamantes disponibles, perderían su rareza y valor. Por eso, enviaban pocos diamantes a las tiendas para crear la ilusión que aún había escasez. Igualmente, no estés tan disponible para que aumente el deseo de un hombre por tenerte.

Sé fabulosa: un diamante no necesita publicidad; se vende por su propias características, propiedades y calidad. Si quieres ganarte el amor de un hombre, no te anuncies mejor lúcete con tu dignidad, inteligencia y elegancia. No hay nada más atractivo que una mujer que sabe lo fabulosa que es, pero no tiene que anunciarlo.

Cuando conozcas un buen prospecto, no lo persigas para que te haga caso, mejor sé como un diamante: ¡única, deseada y fabulosa!

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