Por: Carlos Meneses

El mejor deseo de todos los peruanos es el éxito que requerimos para devolvernos tranquilidad, fraternidad y paz después del grave error cometido por el ex presidente Pedro Castillo

En cumplimiento de un mandato constitucional, Dina Boluarte Zegarra, resulta ser la primera mujer que asume la presidencia del Perú en 200 años de vida republicana; es un honor para ella sin duda, y también para el Perú, tener a una dama como jefa de estado aunque las circunstancias no son muy agradables para su persona, por la carga que se ha puesto sobre sus hombros.

Debe apuntarse que en los últimos tiempos y concretamente en el último mes, las relaciones de la señora Boluarte con el ex presidente Pedro Castillo no habían sido buenas, al extremo que renunció a ser miembro del Gabinete por dificultades personales con quien fue nombrada para tal cargo. En consecuencia, no se puede considerar que sería continuadora de una política equivocada que el señor Castillo siguió desde que llegó al poder.

No podemos sin embargo, dejar de desearle la mejor de las suertes, no solo por lo que significa que una dama asuma la responsabilidad de dirigir los destinos nacionales, sino por la situación política que vivimos y la renovación de esperanza que todos debemos tener para con el futuro de la república

Ha recibido por eso el aplauso de los congresistas y también las bendiciones que el Arzobispo de Lima ha puesto sobre su persona. Queremos un país que cambie positivamente en temas que nos preocupan desde hace años y también en la necesidad de restablecer un equilibrio de voluntades entre dos fraccionamientos de la población nuestra que se agudizaron en los últimos meses.

Nos importa sobremanera, el empeño que con la sensibilidad propia de una mujer, pueda poner en asuntos como el desempleo y el hambre que pasan millares de peruanos frustrados durante años y que empeoraron con la pandemia primero, con conflictos internacionales y finalmente con errores en el manejo del gobierno y de los ministerios.