Por: Carlos Meneses

“Los verdaderos intereses de Arequipa son procurar el desarrollo con las nuevas autoridades que asumirán funciones el 1ero de enero.”

Para el grupo de protestantes arequipeños que piden la renuncia de Boluarte, la libertad de Castillo y que amenazan con paros y bloqueos, esos son los que afirman que tales afanes se identifican con los intereses de Arequipa, pero más pronto que tarde les han salido al frente quienes consideran que el bienestar de esta tierra no está en ese campo sino justamente en lo opuesto.

La Cámara de Comercio, los agricultores, ganaderos y hasta los transportistas, que no secundan la idea de la FDTA, han precisado que los reales objetivos de Arequipa son los de trabajar, no bloquear carreteras ni tampoco dañar propiedades públicas y privadas.

Está claro que son opiniones discrepantes y diferentes sobre las que un medio de comunicación tiene la obligación de pronunciarse y en forma categórica escogemos la que esté más cerca de los buenos propósitos y no de las equivocadas apreciaciones de una izquierda superada por realidades.

Nosotros coincidimos con los afanes de pacificación que tienen todos los peruanos y no creemos posible que, otra vez, se intente violentar el orden público, dejar de trabajar y desafiar un estado de emergencia que no conviene a los intereses nacionales ni al empleo y mucho menos a afectar la marcha normal tal cual lo desean los propios transportistas que antes bloquearon carreteras e interrumpieron caminos desabasteciendo mercados y provocando desórdenes.

Las protestas pueden hacerse al igual que la sugerencia para mejorar las cosas y no para crear un clima de zozobra que a nadie sirve y que resulta visible, que contraría la razón y el afán que ahora muestra el gobierno para ordenar el país y conseguir la estabilidad democrática e institucional.