VASARI, GENIAL HISTORIADOR DEL ARTE
Por: Julio Lopera Quintanilla – Centro Cultural UNSA.

Giorgio Vasari, genial personaje de la época del Renacimiento, es un personaje polémico, polifacético; un gran pintor, arquitecto, escritor, biógrafo, como también, un teórico del arte. Fue pintor de Cámara de la Casa de los Medici.

Vasari, es el primer historiador del arte, un personaje fundamental que cumplió un rol trascendental, que dio a la humanidad una valiosísima fuente para el estudio de la pintura renacentista italiana, escrita con un estilo excepcional.

Vasari, nació en Arezzo, Toscana, un 30 de julio de 1511. Sus padres, Antonio Vasari y Madelena Tacci, fueron comerciantes de telas, muy modestos y trabajadores; no eran cultivados, pero advirtieron el gran potencial de su hijo para el arte. Siendo Vasari muy niño, sus padres lo ubicaron en el taller del francés Guillaume de Marsillat, pintor de vidrieras, que era conocido en Italia como Gugliemo de Marsiglia.

Más tarde, cuando Giorgio contaba tan sólo 16 años, un religioso amante del arte, el influyente cardenal Silvio Passerini lo envió a Florencia y lo recomendó a la poderosa familia Medici.

Giorgio Vasari, quien estaba destinado a ser el primer historiador del arte, frecuentó en la ciudad del Arno los talleres de Bacio Bandinelli, de Andrea del Sarto, de Jacopo Pontormo y de Rosso Florentino, quien tanto influiría en su forma de dibujar; en ese contexto Vasari aprendió el arte de la pintura y de la arquitectura y, al mismo tiempo, adquirió una sólida cultura humanística. Sin lugar a dudas, Miguel Ángel fue quien más influyó en su pintura.

Vasari, vio interrumpida su carrera en 1527, cuando murió su padre y tuvo que asumir la responsabilidad de mantener a su madre y a sus cuatro hermanos menores; en ese tiempo se dedicó, íntegramente, a la pintura para mantener a la familia; es en ese período en el que realizó los retablos de la ciudad de Arezzo y sus alrededores.

Giorgio Vasari, quien sufría de una profunda depresión, se refugió en 1938 en un monasterio durante un corto tiempo, para tratar de encontrar un poco de paz para su alma; una vez que se hubo repuesto de sus males y hubo dejado a su familia en una situación económicamente estable, inició una nueva etapa, dejó los modestos encargos de Arezzo y realizó encargos más ambiciosos, que pudo ejecutar cuando fue empleado por los Medici de Florencia y otros mecenas de Roma, Nápoles, Arezzo, Pisa, Bolonia y Módena, quienes lo emplearon, también, de forma regular.

Giorgio Vasari, es un genial arquitecto que ejecutó obras para importantes iglesias medievales de Florencia, como Santa María Novella y Santa Croce, en las que remodeló, a la manera manierista, el coro y el trascoro. En la “Ciudad Eterna” colaboró en la construcción de la Villa Julia del Papa Julio II. Diseñó varios edificios en Pistoya. En Pisa se encargó de remodelar la Piazza del Cavalieri.

En 1550, por insistencia de Cosimo I de Medicis, Giorgio Vasari regresó a la ciudad del Arno, allí Cosimo I le dio tres importantes encargos: la renovación del Palacio de la Señoría, la construcción de un edificio que albergara las oficinas de la magistratura florentina y que comprendiera, también, una galería anexa destinada a albergar las más grandes obras de arte del mundo que eran, en esa época, de propiedad de los Medici: la Galería de los Ufizzi y el corredor vasariano que conectaba el Palacio de la Señoría, la Galería de los Ufizzi y el Palacio Pitti.

Vasari, como pintor, cultivó varios géneros: La pintura de historia, la pintura religiosa y el retrato; pese a poseer gran talento para la plástica, sus obras no recibieron – en su momento – una crítica oportuna y justa, no obstante ser notables, lamentablemente sus obras quedaron relegadas a un segundo plano, aunque fueron ejecutadas de acuerdo a las normas técnicas de su época, tal vez su obra como historiador eclipsó su obra como artista.

Algunos críticos de arte sostienen que, si no hubiera sido porque tenía ajustados los tiempos por los compromisos adquiridos, es muy posible que sus obras hubieran sido obras maestras; sin embargo, no podemos dejar de rescatar, en su obra plástica, un estilo manierista que consiguió gran dramatismo como lo acreditan: “Cristo conducido al sepulcro” (1532), Retrato del duque Alejandro de Médicis (1534) y algunos frescos del Palazzo Vechio de Florencia como “Cronos castrando a su padre Urano” y, también, los frescos de la cúpula de la catedral de Florencia que quedaron sin concluir cuando al aretino le sobrevino la muerte. “La adoración de los pastores” es una notable pieza que, valiéndose de una técnica que comprendía varios planos, logró conseguir una gran profundidad.

Vasari alcanza, en la pintura, un nivel alto aunque muchas voces lo quieran negar: como prueban, las extraordinarias telas del Palazzo Vechio, sobre todo las obras del Salón de los Quinientos, que datan de la época en que se encargó a Vasari la remodelación decorativa del palacio; el maravilloso Salón de los Quinientos tiene una medida de 52 x 23 metros, en ella se exhibe varias obras del maestro: “La conquista de Siena”, “La toma de Porto Ercole”, “La victoria de Cosme I”, “La derrota de Pisa en San Vicenzo”,”El ataque de Mazimiliano de Austria en Livorno” y “Pisa atacada por las tropas de Florencia” entre otras obras.

Hacia 1653 Giorgio Vasari, con la protección del duque Cosme I de Medici, fundó la Academia del Arte del Diseño, una institución que tuvo por cabeza a Miguel Ángel Buonarotti.

Giorgio Vasari tuvo por principal obra su libro “La vida de los más grandes pintores, escultores y arquitectos italianos”, un libro de carácter enciclopédico que comprende entretenidas biografías de los grandes maestros del Renacimiento italiano, señaladas por un cariz humano y teatral; comprende, así mismo, el estudio de sus obras, sazonadas con datos, leyendas y anécdotas sobre los mismos.

Su libro, conocido también como “Las Vidas”, fue publicado por primera vez en 1550, ampliado y reescrito en 1568. El libro dedicado al duque Cosme I de Medici, se inicia con un prólogo técnico sobre arquitectura, escultura y pintura, especialidades del arte agrupadas bajo la denominación “Artes del Diseño”; a este prólogo se suma un tratado informativo sobre las técnicas del arte y una introducción que trata del origen de las artes en la Edad Antigua y, sigue su trayectoria hasta llegar al fin del Medioevo para, luego, explicar cómo la decadencia del arte de fines de la Edad Media, desemboca en el Renacimiento y es considerado, por el escritor, como una etapa de renovación.

La obra tiene valor histórico y valor literario pues, en varias ocasiones, Vasari se entretiene en ejercicios literarios volando hacia el mundo de la ficción, como en ese cuento que narra que cuando el joven Giotto pintó una mosca, tan bien pintada en uno de los cuadros de Cimabue, el maestro trató de matarla.

El libro finaliza con una autobiografía del autor, con algunas noticias sobre sí mismo, con cerca de 2,000 dibujos, noticias sobre su familia, las biografías de Lazaro Vasari y Francesco Salviati.

El libro de Giorgio Vasari, es el primer libro de Historia del Arte: no obstante ser imparcial es un clásico y, mas aún, es indiscutiblemente, la primera fuente primaria para el estudio y conocimiento de los maestros del Renacimiento Italiano y, sigue siendo, una fuente indispensable para el estudio de la vida y de la obra de los grandes maestros del arte de la Italia renacentista.

Giorgio Vasari falleció el 27 de julio de 1574, cuando faltaba poco para concluir los frescos que le encargó Cosimo I de Medicis, para la catedral de Florencia.

DATO

La historia de Vasari es la historia de un artista, de un hombre de vastísima cultura, que trabajó como pintor y arquitecto; de un ser que discurrió el camino que une el arte con la historia; es la obra de un historiador del arte: ni más ni menos la obra del primer historiador del Arte.

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