Libros
Por: Willard Díaz

La plaga coronada y otros cuentos, Heiner Valdivia, Caja Negra, 2021.

Heiner Valdivia (Arequipa, 1978) ha publicado muchos libros de poesía y es un gran entusiasta del cine, coleccionista y propulsor. Esta es la primera vez que publica un libro de cuentos.

Pero más (o menos) que un libro de cuentos, el suyo es una colección de relatos de tipo posmoderno, prosa poética, experimentos de literatura breve, que ensayan quizás una innovación en un género que tiene casi todas sus posibilidades sabidas, sus propósitos centenarios y sus mundos estudiados, perfeccionados y reconocidos por los escritores del mundo entero.

“La plaga coronada” reúne diecinueve textos cortos, escritos, según reza la primera página “durante el inicio de la cuarentena de marzo – abril de 2020”. Están dedicados “A la memoria de los Houyhnhnms”, es decir, a aquellos seres fantásticos que conocimos en los “Viajes de Gulliver”, seres que eran una especie de caballos sumamente inteligentes, que vivían por Australia y que mostraron el desprecio de Swift por el género humano.

“Los dioses abstractos”, así, bajan desde los cielos en una gigantesca bola que “tenía la forma de una luz blanquecina que rotaba sobre sí misma, zozobrando como un gran espejismo cenital, mostrándonos a la vez una faz llena de luz y otra oscura e invisible, en la que se podía apercibir una ciudadela, con obeliscos inmensos y pirámides titánicas que se elevaban hacia el cielo”. No hace falta hallarle pies ni cabeza a esta descripción, no parece la intención del narrador seguir una lógica humana sino una poética sonora y alucinante que nos cuestione, tal vez, quizás, el hábito de esperar cuentos con coherencia y con sentido. Es claro que los dioses abstractos, después de decepcionarse de los humanos, se regresaron, “dejándolos solos en medio de la nada para que aprendan por su cuenta, bajo ese camino incierto y tortuoso, lleno de peligros como de regocijos espirituales por sentir el terreno indescifrable del alma tras la muerte, en la que casi todos estaban destinados al fracaso por el contradictorio sistema de percepción cognitiva que tenían, entendiendo mal los conceptos y desfigurando todas las ideas posibles en otras sensaciones que no les correspondían entender y mucho menos asimilar como algo real”. Tampoco es necesario comprender este párrafo indescifrable, basta quizás, tal vez, reconocer el fracaso de nuestro contradictorio sistema de percepción, etcétera.

La posteridad nos brindará, tal vez, una mejor percepción del propósito de estos textos con los que nuestro querido Heiner Valdivia —especie arequipeña de Oulipo de un solo hombre— explora nuevamente los mundos metafísicos de su preferencia.

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