Equidad: la base de un liderazgo diverso
Por: María Victoria Sandoval Silva

Es seguro que muchos de nosotros nos hemos topado con frases como “una mujer no puede liderar un equipo conformado sólo por hombres”, o “una mujer con hijos tendrá dificultades para tomar una posición a tiempo completo”.

Estos estereotipos, sin duda, son una de las principales barreras que impiden el desarrollo profesional pleno de las mujeres en el mundo corporativo. Si bien ha habido avances, aún vemos que al 2022 solo la tercera parte de las altas gerencias en el mundo son ocupadas por mujeres, de acuerdo con el reporte Women in Business.

Estos estereotipos o sesgos deben ser erradicados y la mejor manera de combatirlos es reconociendo que existen varios modelos de liderazgo y diferentes formas de hacer las cosas. Asimismo, en vez de remarcar las diferencias de género, deberíamos buscar la complementariedad como estrategia principal. Además, cabe mencionar que al trabajar sobre estereotipos no solo se confronta la diversidad de género, sino también otros tipos de discriminación del mundo laboral.

Por ello, estoy convencida en que el trabajo de los profesionales de Recursos Humanos es clave, aunque no exclusivo, en esta batalla y puede generar una diferencia en el desarrollo profesional de las trabajadoras. Esto no solo mediante nuevas políticas o programas a favor de la diversidad, sino mediante una labor sostenida de sensibilización e impulsando un cambio mediante la reducción, o aún mejor, eliminación, de los estereotipos que puedan tener los y las líderes actuales.

De hecho, hay sectores que lo vienen haciendo bastante bien, por ejemplo, hoy vemos con optimismo que el 84% de los negocios de la industria de belleza en América Latina son liderados por mujeres, según datos de la Startup Morado. Así como, sin ir muy lejos, nosotros tenemos a un 72% de mujeres como gerentes de nuestros restaurantes. Estos dos ejemplos nos demuestran que, aunque no es fácil, sí es posible hacerlo si tomamos como base la equidad.

Dicho esto, debemos entender que el cierre de la brecha de género es un proceso de cambio cultural que es necesario impulsar en las organizaciones y en las sociedades, ya que todo ello repercute positivamente en el desempeño de los grupos de trabajo. Tengan por seguro que los equipos realmente diversos son los que logran resultados realmente competitivos.

Finalmente, todos, desde cualquiera que sea nuestra posición, tenemos que trabajar en promover equipos diversos y un ambiente laboral que aliente el respeto y estimule la participación de todas las personas, impulsando el desarrollo desde las individualidades y favoreciendo la inclusión e igualdad de oportunidades. Solo así, unidos, podremos construir una sociedad verdaderamente justa, sin lugar para la discriminación.

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