Por: Carlos Meneses

“Lo importante es que las decisiones de cambio sean de alguna manera explicadas a la ciudadanía”.

Tanto el gobernador regional como el alcalde provincial, Rohel Sánchez y Víctor Hugo Rivera, respectivamente, cuando asumieron las funciones directivas de esos organismos precisaron que el nombramiento de sus funcionarios en los niveles gerenciales y subgerenciales era una expresión de gratitud por el apoyo brindado a sus respectivas campañas electorales y sometidos a evaluación en el plazo de los siguientes 100 días.

Ese tiempo está literalmente por vencer y de pronto ya se han presentado algunos reajustes en las gerencias regionales o institucionales del Gobierno Regional de Arequipa y de la Municipalidad.

En todos los casos han sido decisiones de las máximas figuras de la región y de la ciudad por necesidades de servicio o por ánimos de contradicción que se observó en Educación y Salud en las gerencias regionales pertinentes y en el caso de la Municipalidad por indebida acción de la subgerente de Recursos Humanos de la comuna.

En la correspondiente decisión, los señores Sánchez y Rivera han ratificado que está en pie la permanente vigilancia en el quehacer de quienes están encargados de dirigir la tarea de las jefaturas regionales de sectores o del complejo municipal de El Filtro.

No debiera asombrar que esto ocurra después de los 80 cambios ministeriales que ocurrieron en la corta gestión del presidente Pedro Castillo Terrones y también lo sucedido en el municipio tras la desaparición de la escena ciudadana del exburgomaestre, Omar Candia.