Por: Carlos Meneses

“Majes espera que se le haga realidad en favor de Arequipa desde hace más de un siglo”.

Las frustraciones sobre Majes II continuarán hasta el mes de mayo y no son producto de los deseos de Arequipa sino de los malos manejos que sobre esta obra irrigacional e hidroeléctrica están haciendo, cada uno por su lado, Autodema y la empresa ejecutora Cobra.

Uno y otro se acusan de responsabilidades incumplidas, pero están de acuerdo en que llegado que sea el mes de mayo si no han logrado entendimiento definitorio acudirán a un arbitraje internacional que puede convenirles a una o a las dos partes, pero de ninguna manera a Arequipa como región y como futuro.

Es preferible la intervención de un tercero, que no puede ser otro que el gobierno central que puede y debe meterse en un problema que de otra manera no tendrá solución y pone en riesgo el que en este año no se reanude o de hecho no se inicie el proyecto de la represa de Angostura, que es la base de la obra de 38 mil nuevas hectáreas de cultivo y de las hidroeléctricas de Lluta y Lluclla.

Debe preocupar que mientras en Majes ocurre esta situación no es tampoco mejor la que confronta otra gran irrigación peruana en el norte. Se trata de Chavimochic que debe incorporarse también a la producción agrícola en un momento en que se requiere para mantener precios estables en la alimentación de los peruanos.

Sabemos que Majes no estará produciendo sino en 5 años después de haber sido iniciada, pero tenemos 4 ya perdidos y si se suman a los de la espera en que ahora estamos, serán 10, prácticamente, los que tendríamos que esperar para poder disfrutar de los beneficios de tierras que fueron una promesa para Arequipa desde los tiempos de Ramón Castilla.