MAJES II EN PELIGRO INMINENTE, ALGO TENEMOS QUE HACER.
Por: Manuel Bedregal Salas

Hace unos días el director del Consorcio español Cobra, ejecutor de las obras de in fraestructura mayor de riego del Proyecto Majes Siguas II, responsabilizó -desde su pers pectiva- al Gobierno Regional de Arequipa (GRA) de incumplimientos que obstaculizan su avance. Lo hizo ante el pleno del Consejo Regional y con amplia cobertura periodística. Lo preocupante es que su versión difiere de la expuesta días antes por la nuevísima autoridad a cargo de AUTODEMA, que responsabiliza más bien a Cobra del retraso. Lo que se puede advertir claramente es que las cosas están llegando a un límite, a ese momento del: “Ahora o nunca”. La Adenda 13, que viabilizó la continuidad del proyecto, se firmó en Julio pasado y vence en mayo próximo. En ella, el GRA asumió compromisos que empiezan a vencer en abril y que egún su propia versiónno podrá cumplir Uno de ellos es la entrega de los terrenos faltantes para las instalaciones del proyecto trasada más de 10 añosy que es un hito clave para continuar. Lo anterior conllevaría a un punto crítico camino a la caducidad del contrato y a un arbitraje.

Independientemente del lío entre las partes, Arequipa vería truncanda, una vez más, su única posibilidad clara de desarrollo, evidenciando un nuevo fracaso del GRA como instancia de gobierno. Siendo un asunto eminentemente técnico, no político, salvo contadas excepciones – ver editorial de El Pueblo del lunes 20 de marzo- pareciera que no pasara nada. No se ha hecho público pronunciamiento alguno de los colegios profesionales, la Cámara de comercio, la Sociedad agícola ADAo las universidades locales. Pareciera que no previeran la inminencia de un desastre, actuando al unísono como si tuviesemos otras alternativas de desarrollo en la región, como si Majes II fuera poca cosa.

Por el contrario y lamentablemente, no tenemos otras alternativas de esta magnitud, ni mucho menos. Sin Majes II, no se usará parte la infraestructura ya construída con más de $1 000 millones -actualmente utilizada parcialmente en la primera etapa y que, dicho sea de paso, se encuentra en muy mal estado a pesar de la existencia de una “autoridad” dedicada al proyecto- Además, nos quedaríamos sin las 38 500 hás. nuevas que podrían ser parte del extraordinario vance de la agroexportación peruana; no se ejecutarían las hidroeléctricas de Lluta y Lluclla ya consecionadas y se complicaría la factibilidad del Puerto de Corío, alternativa de hub marítimo de alcance mundial. También se negaría una oportunidad de uso de la carretera Interoceánica sur hacia mercado brasilero. Acerca de otro proyecto de impacto regional, el de la mina Tía María, hemos recibido respuestas ambiguas del Presidente regional. Entonces, no nos queda practicamente nada más. ¿Dónde trabajarán nuestros jóvenes? ¿De dónde saldrá el desarrollo económico futuro? El legado de las autoridades devendrá en intrascendente al desaprovechar una de las oportunidades más importantes de nuestra historia. Sin este tipo de proyectos de desarrollo, la informalidad y delincuencia seguirán siendo parte central de la cotidianidad.

Dejemos de vivir del pasado, de las fotos desde un dron, del Misti, el tuturutu, el sillar y la campiña y pasemos a construir futuro. En las últimas décadas hemos destruído más que construído. Salvo la planta de tratamiento de aguas residuales del convenio SEDAPAR-Cerro Verde, ejemplo de colaboración interinstitucional y la planta de agua potable De La Cuba, no hay más inversiones de trascendencia en la región. El GRA debe convocar asesoría en ingeniería especializada de alto nivel. También a las mejores inteligencias locales para hacer un equipo que viabilice este proyecto estratégico de extraordinarios beneficios que, increíblemente, no hemos sido capaces de ejecutar

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