Por: Carlos Meneses

“Para defender la democracia peruana no solo los diplomáticos de la Cancillería son deseables sino también misiones de la sociedad civil que recorran el mundo pregonando que es el sistema en el que queremos seguir viviendo.”

La mejor manera de explicar al mundo lo que ha ocurrido en el Perú, después del 7 de diciembre en que Pedro Castillo intentó un golpe de Estado, es utilizar no solo la diplomacia sino la presencia y delegación del sector privado para reafirmar la vocación democrática del régimen y esclarecer en forma suficiente que aquí no se ha cambiado una política propia de un régimen democrático con un sistema impuesto por la fuerza y con la violación de derechos humanos.

Para ello será requisito indispensable conocer la verdad, bien ha hecho el Congreso de la República en citar al ministro de Defensa, Jorge Chávez para que dé alguna satisfacción que hasta ahora han eludido precisar el presidente del Consejo de Ministros y la propia Presidente de la República.

Si ha habido excesos que nos pongan en una situación que no se ajuste a la verdad, hay que esclarecerlos y castigarlos, En todo caso hay que devolver al resto del mundo que si hubo errores los responsables serán sancionados, solo así el Perú podrá hacerse escuchar de nuevo como un lugar donde se respetan las leyes y los derechos humanos.

Debemos agregar por añadidura que hay un Ministerio Público que está bien actuando y evitando los abusos que ponen en riesgo la democracia peruana. También debe haber un Congreso que sea realmente fiscalizador y no apañalador de algo que esté o haya estado fuera de la ley.

Los derechos humanos tienen que ser respetados y la condena para quienes no lo hacen incluye un desprestigio nacional que perjudica las inversiones y la propia condición de vida de todos los peruanos.