Por: Carlos Meneses

Arequipa registra cifras vergonzosas sobre corrupción. Recientemente publicamos que la región en el 2022 ha perdido casi mil 200 millones de soles por este concepto. Además, a nivel nacional tiene el índice más alto porque hay 271 casos en plena investigación y  están relacionados en su mayoría con autoridades regionales y locales.

La corrupción es en la actualidad, uno de los problemas más preocupantes para el país y afecta directamente la legitimidad de las instituciones públicas. Son recurrentes y cotidianos los actos deshonestos o delictivos cometidos por funcionarios y autoridades públicas que abusan de su poder e influyen para realizar un mal uso intencional de los recursos financieros y humanos a los que tienen acceso, anticipando sus intereses personales o los de sus allegados,​ para beneficiarse indebidamente.

La corruptela o inmoralidad vulnera los derechos de las personas, es un fenómeno de ámbito mundial que causa pobreza, obstaculiza el desarrollo y ahuyenta la inversión. También debilita los sistemas judiciales y políticos que tendrían que estar al servicio del bien público.

Tanto a nivel nacional como regional, las diligencias fiscales a entidades públicas se han convertido en cosa de casi todos los días. Vemos casos en los que están implicadas autoridades de todos los niveles, es decir presidentes, ministros, congresistas y funcionarios.

Es así, que se hace necesario fortalecer los equipos especiales de lucha contra la corrupción del Poder Judicial y del Ministerio Público, exhortando que jueces y fiscales actúen con la mayor objetividad. Además de renovar el compromiso de lucha contra toda forma de corrupción, sancionando de manera drástica y efectiva a los corruptos, sean actores públicos o privados; recordando que las responsabilidades son individuales.