ABORIGEN: JAVIER RODRÍGUEZ Y EL RETORNO A LO PRIMITIVO

Por: Mag. Julio Lopera Quintanilla(*)

El artista plástico Javier Rodríguez Canales, dibujante, pintor y escultor presenta en la Alianza Francesa de Arequipa la muestra “Aborigen” expone 40 piezas, entre dibujos, obras en técnica mixta y esculturas de pequeño formato realizadas entre los años 2021 y 2022. La muestra puede apreciarse hasta el sábado 6 de mayo.


Javier Rodríguez realizó estudios en los talleres de Cristina Gálvez y Margarita Checa, cursó también estudios de arquitectura en la Universidad Ricardo Palma y de Artes Plásticas en la Universidad Nacional de San Agustín. Es Magister en Arte Peruano y Latinoamericano, con mención en Historia del Arte por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. “Aborigen” es su décimo primera muestra individual habiendo expuesto en las principales galerías de la ciudad, en Lima y el extranjero y participado también en numerosas muestras colectivas. 

La exposición surge a partir del trabajo cotidiano, las reflexiones en el quehacer académico y cultural que realiza el artista y la necesidad de volver a lo primitivo en una época más artificial que inteligente y en la que el retorno a las raíces es un respiro, una salida ante la velocidad de la vida y el apremio de la tecnología. Esta muestra es una exploración plástica de los grandes temas que ocupaban la mente del hombre primitivo: la presencia de la mujer como ancla del clan, del matriarcado, como símbolo de la fertilidad o la recurrencia de ciertos animales como el pez o el toro a partir de los cuales en distintas culturas fueron creándose grandes mitos y relatos religiosos. Destaca su hermosa escultura El Retorno de Venus que hace un guiño a las esculturas prehistóricas en que la mujer es representada como signo de fertilidad. Representa en su obra tótems, dioses guerreros que encarnan las fuerzas de la vida, la fertilidad y la muerte que se han repetido en distintas culturas. Personajes recurrentes son también los cazadores y guerreros. Un conjunto de cuatro cuadros en técnica mixta representa el conjunto conceptual de los cuatro elementos de la naturaleza, ordenado por seres civilizadores, el hombre y la mujer primitivos.

Encontramos también referencias a la pintura rupestre como la de la cueva de Altamira y su poderosa representación del toro, animal venerado en el cuadro titulado El Conjuro, un personaje fertilizando la tierra con su propia muerte en el cuadro titulado La Cosecha. La instalación de las esculturas habla de su jerarquía y su papel en la transformación del mundo. El hombre y la piedra, el sujeto y el objeto que seguido la mujer que se levanta para transformar este mundo misterioso. Otro conjunto de dos esculturas se refiere a otro tema mítico: el sueño como fuente de premonición, una escultura titulada Quimera y Materia se eleva luego hacia otra obra, El Sueño, místico estado del hombre en que se conecta con ese mundo sobrenatural que representa un misterio desde siempre.

Otros personajes de la obra son el Hombre Pájaro, los dioses y el rito de la guerra, las atribuciones zoomórficas del hombre en su búsqueda de lo sobre natural. Tres pequeñas obras vinculadas al arte Paracas, las momias que además de mostrar la recurrencia de la obsesión del hombre aborigen por la muerte como tránsito surgen también como producto de la preocupación del artista por nuestra realidad incierta con sugerentes títulos como Mensaje a la Nación y Los Huesos Hablan.

Su estilo transita entre la figuración y el surrealismo por el carácter fantástico de algunos personajes, un surrealismo simbólico que en este caso aborda el tema primitivista en un sentido filosófico y reflexivo. El artista menciona como sus referentes a los artistas Tilsa Tsushiya, Venancio Shinki y José Luis Cuevas, en la escultura un referente reciente es el costarricense nacionalizado mexicano Francisco Zúñiga, cuyo estilo es de un indigenismo muy robusto.

Las esculturas de Javier Rodríguez son de pequeño formato, realizadas con polímero y acero, tienen una exquisitez y expresión únicas que dejan ver el enorme conocimiento del artista en el modelado de la figura humana. Su estilo está relacionado al indigenismo del siglo XX, estilo que tiene una conexión muy fuerte con la tierra.

El uso del lápiz surge con la necesidad de utilizar un material mineral como el grafito, en la búsqueda de un lenguaje pétreo que sugiera la vinculación con la tierra, en las representaciones femeninas, zoomorfas o de deidades, en que la presencia del color sería un elemento distractor entre el espectador y el mensaje. Los cuatro cuadros referidos a los cuatro elementos, tienen al marco como parte de la obra, dentro de cada antiguo marco de pino, se encuentra un pequeño bastidor pintado en acrílico y sobre el vidrio el artista ha trabajado con oleo esgrafiado, confiriéndole tridimensionalidad y cualidad de arte objeto.

El Conjuro y El Espíritu del Mar están trabajados en papel de fibra de plátano provenientes de Tarapoto. Esta especulación plástica se presta para el tema de lo primitivo y está trabajado con medios grasos como el pastel. Lo fantástico y lo cotidiano se conjugan en obras como el Hombre Pájaro, Chamánico o Médico Brujo realizados con los materiales más simples como plumones, colores, lapicero mostrando que es posible hacer arte con cualquier material siendo más importante la imagen, el concepto y la búsqueda de cada artista.

Javier Rodríguez se considera básicamente como un dibujante, de una rica tradición por haber sido discípulo de las grandes artistas nacionales Cristina Gálvez y Margarita Checa. La escultura de pequeño y mediano formato son su pasión, el volumen, la expresión artística a través de la masa. Utiliza también el óleo y el acrílico y considera que en su obra el medio es solamente un vehículo para su potente mensaje filosófico y existencial.

DATO

En los últimos años los avances de la tecnología han cambiado nuestra forma de concebir el mundo, incluso la forma como nos aproximamos a los eventos más importantes inherentes a la naturaleza del ser humano como el nacimiento, la muerte y la fertilidad. Numerosos dilemas éticos han surgido en torno a estos acontecimientos antes naturales y a la vez misteriosos. Por un lado pareciera que la humanidad se aleja a pasos agigantados de sus orígenes,  sin embargo es evidente que existe un  eterno retorno, un vínculo irrompible con los rituales referidos a nuestra llegada y partida de este mundo, lo inexplicable y misterioso. Permanecemos tan desnudos e indefensos ante lo desconocido como nuestros antepasados primitivos y apreciar la muestra “Aborigen” de Javier Rodríguez nos invita a reflexionar sobre nuestros orígenes y la vigencia de los sueños y preocupaciones de nuestros ancestros.

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