La educación virtual en el Perú
Por: Eva Asensio

Diferentes informes a nivel internacional, como el Informe Horizon (Educause, 2022), o el Informe Diagnóstico sobre la educación superior y la ciencia post covid-19 en Iberoamérica, coinciden en el cambio en el perfil del alumnado universitario en los últimos años, sobre todo, tras la pandemia que ha reconducido nuestras vidas hacia modalidades remotas y en línea para trabajar, socializar y, por ende, para aprender y enseñar.

Las instituciones de educación superior deben dar respuesta a estas nuevas demandas, adaptando sus modelos de enseñanza-aprendizaje para hacerlos más flexibles y personalizados.

En el caso del Perú se repite este patrón, un reciente estudio de Ipsos reporta que el 60% de profesionales peruanos esperan estudiar maestrías y cursos especializados en la modalidad remota o semipresencial.

La consultora Arellano detalló que el 40% de los potenciales estudiantes de maestrías en Lima y el 45% en provincias ven más conveniente llevar clases de forma virtual.

Desde nuestra experiencia, tanto los profesionales como las empresas cada vez reconocen más la calidad y las ventajas de la formación online que residen en flexibilidad y mayor compatibilidad con la actividad laboral y personal, aprendizaje intensivo en el uso de la tecnología, lo que permite la creación de entornos de aprendizaje tecnológicos de alto rendimiento aplicados a las distintas disciplinas y permite la internacionalización de la formación al eliminarse las barreras geográficas.

La perspectiva de las empresas e instituciones, el reconocimiento de la calidad y fiabilidad formativa de la formación digital viene avalada también por el respaldo de los organismos públicos que velan por la excelencia académica. Por todo lo anterior, la formación digital en Perú tiene un futuro prometedor con una creciente demanda y se convierte en una alternativa a la formación presencial tradicional.

Si atendemos a las necesidades de talento en el entorno actual, marcado por la aceleración del cambio tecnológico, la incertidumbre y la volatilidad, tanto a escala mundial como en el caso del Perú, las empresas necesitan profesionales bien formados para hacer frente a los retos actuales y futuros. Hay múltiples datos que corroboran el impulso profesional que supone el estudio de una maestría. En el Perú, los profesionales con maestrías o posgrados obtienen ingresos hasta 40% superiores, el 87% de ejecutivos consultados del Top-5000 de directivos del Perú admite que analiza estudiar una maestría.

Por todo lo anterior, la formación digital en el Perú tiene un futuro promisorio con una creciente demanda y se convierte en una alternativa a la formación presencial tradicional.

 

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