Temperaturas elevadas elevan el riesgo de padecer asma

Cuando hay temperaturas elevadas, partículados de polvo y otros compuestos perniciosos para el sistema respiratorio flotan en el aire, de modo que empezamos a inhalarlos en mayor cantidad.

Pese al inicio del invierno, las temperaturas y la sensación de calor en Arequipa incrementó. Esta situación podría incrementar el riesgo de padecimientos como el asma, pues particulados y compuestos perjudiciales para la salud se elevan en el aire.

Según alertó el jefe de la Dirección de Saneamiento Ambiental de la Gerencia Regional de Salud (Geresa), Yury Isasi Rosas, diariamente inhalamos particulado (polvo menor a 10 micrones) perjudicial para la salud; no obstante, ante el incremento de temperaturas, el riesgo aumenta, pues compuestos como el monóxido de carbono se elevan en el aire e ingresan a nuestra caja toráxica, representando un riesgo latente para nuestras vías respiratorias.

«Cuando se registran temperaturas altas, el partículado de polvo empieza a flotar entre uno a dos metros de altura, de modo que empezamos a inhalarlo con más regularidad. (…) Este polvo puede pegarse en nuestras vías respiratorias y generar mucosidades. En consecuencia, sufrimos daño en nuestro sistema respiratorio», sostuvo Isasi Rosas.

Cuando hace frío la incidencia de refriados, gripes e Iras es mayor, no obstante en climas cálidos es posible que padecimientos como el asma aumenten. Más aún, en ciudades con un parque automotor en expansión y con climas secos como el de Arequipa.

«Arequipa antes era una zona donde la gente acudía para curarse de enfermedades respiratorias, pero ahora encontramos casos locales graves de asma. Esto quiere decir que el material particulado está afectando la salud de las personas», declaró el jefe de la Dirección de Saneamiento Ambiental de la Geresa.

Según detalla el canal endémico de Sob-Asma en menores de 5 años de la Dirección de Epidemiología de la Geresa, los casos de asma aumentaron drásticamente durante la semana 19 del año y alcanzaron su pico máximo en la semana 24. De momento –en la semana 27– la tendencia refleja un descenso en la incidencia de asmas; no obstante, ante el repentino incremento del calor podría haber un nuevo pico. Razón por la que los especialistas en la salud recomiendan no someterse a cambios de temperatura bruscos y usar mascarillas en sitios poco ventilados.

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