“SERMO HUMILIS”: Un congreso de espaldas a la historia moral del país
Por: Alejandro Paz S.

Juan Manuel Polar Ugarteche, acerca de José Luis Bustamante y Rivero, entrañables amigos, contaba que “…Bustamante fue un convicto social-demócrata. No es ni fue jamás un “conservador”. Amó la socialización del derecho, la socialización en general dentro de la pureza y el respeto al imperio de la Ley. En una conferencia que dictó en 1932, Bustamante dijo: “…Se debe investigar si un acto llamado ilícito por estar dentro de los límites es o no antisocial. Si el derecho de hoy asume el carácter de medio otorgado a individuo para realizar su parte en la armonía social, ese medio no puede menos que hallarse condicionado con una finalidad específica de bien general, fuera de la cual es ilegítimo su empleo. Si en determinado momento no existe la causa motriz del acto -llámese necesidad, utilidad del agente, etc.- con reflejo provechoso para la sociedad, debe abstenerse de actuar. Se ha dicho y esto significa meterse en el terreno de lo moral; pero ¿no son acaso la moral y el derecho dos aspectos del mismo fenómeno de orientación humana?  Tal era el abogado Bustamante: una total coincidencia entre la prédica y la obra.”

Bajo este recuerdo de la historia de un gran presidente del Perú, se enarbola emblema de ética, transparencia, honestidad, lealtad al ciudadano y fe en el Perú. Podemos, ahora, encontrar a alguno de nuestros últimos presidentes y actual presidenta a la altura de tan egregio jurista y estadista?, sin riesgo a equivocarme, no.

Menos vamos a encontrar a congresista actual que pueda ingresar al terreno de lo moral, cuando han demostrado contubernio y componendas para liberarse unos a otros de acusaciones y denuncias por deleznable proceder, anteponiendo intereses de sus partidos venidos a menos como de intereses personales y de su mal entorno. Esta representación congresal está plagada de lo más bajo del quehacer de la política, que en lugar de generar confiabilidad esparcen en su actuar falta de decoro y consecuentemente innegable rechazo.

Cómo elegir de portavoz, como Darwin Espinoza (AP) a alguien comprometido con el negociado de votos para frustrar la vacancia de Castillo, negociar ministerios y demás. Cómo elegir un presidente de uno de los poderes del Estado, Alejandro Soto (APP), cuando votó a favor para elevar condena privativa de libertad por delito de difamación con el propósito de silenciar a la prensa, como el hacer uso de una cuestionada ley para escapar de los brazos de la justicia e invocar una prescripción urdida en el Congreso para beneficio de los propios legisladores.

Cuan distante están estos congresistas de marras del limpio e incólume ejemplo de nuestro patricio José Luis Bustamante y Rivero, como de aquellos legisladores que dieron talla en memorables debates parlamentarios, a diferencia de una actual clase política producto en su gran mayoría de las canteras de la informalidad, del desapego a la verdad, ajenos a la moral, lejanos de un país promisorio y de un pueblo que clama su salida, pues solo queda un congreso de espaldas a la historia moral del país.     

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