DEL COLONIALISMO MENTAL AL SERVILISMO DENIGRANTE
Por: Edgard Norberto “Beto” Lajo Paredes

Levanto el grito de independencia mental y conciencia peruana: “ni Chávez, ni Morales, ni Bukele, ni Milei”.

Llama la atención, el servilismo denigrante de algunos, manifestado en endiosar a individuos de otros países, por ejemplo, sectores de la derecha, exaltaban al fascista Gral. Pinochet de Chile; la izquierda comunista, lanzan loas al Cmdt. Hugo Chávez de Venezuela; luego, reventaban cuetes a Evo Morales de Bolivia. Últimamente, los unos, se declaran seguidores de Nayib Bukele de El Salvador; otros levantan sobre sus hombros a Javier Milei de Argentina; por ahí, despistados le prenden velitas a López Obrador de México.

En el siglo XX, se dio lo que, Haya de la Torre, llamó “colonialismo mental”, consistente en la repudiable actitud, tanto de la derecha como la izquierda, de plagiar, repetir y trasplantar ideologías de otras latitudes, a nuestros pueblos, cuando sus realidades son diferentes. La derecha codiciosa, pregonaba “abrir las puertas del país a los capitales extranjeros sin condiciones”; los comunistas gritaban “Dictadura del Proletariado”, sin hacer caso a José Carlos Mariátegui, propuso socialismo: “creación heroica, ni calco ni copia”.

El dictador Gral. Juan Velasco, imitó la revolución comunista de Fidel Castro de Cuba; el autócrata Alberto Fujimori, emuló al implacable neoliberal Augusto Pinochet. El genocida pusilánime y alienado Abimael Guzmán, copió la revolución maoísta de China de los años cincuenta, para aplicarla al Perú en los años ochenta, con graves daños de muerte y destrucción, cinismo y cacosmia.

Porque, al parecer la delincuencia común está dominando en nuestras ciudades, hay quienes hablan “necesitamos un Bukele”; porque bandas de corruptos han capturado el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo, añoran “nos falta un Milei”, que les gane en elecciones. Los que piden un Bukele o un Milei, son los mismos que eligieron a los mediocres y rapaces que gobiernan nuestro país.

Debemos crear nuestros propios programas de desarrollo, acorde a nuestra problemática y potencialidades; respaldar a los buenos ciudadanos con conocimiento y honestidad, sí los tenemos. Recordemos, en nuestro Perú, surgió la cultura andina solidaria, trabajadora y disciplinada; nuestro pueblo emprendedor, ha vencido a la indiferencia del Estado, al terrorismo senderista, al egoísmo de los oligopolios y a la pandemia. Podemos ser grandes.

Volvamos a nuestros admirables creadores de la Civilización Caral, la más antigua de América, de arquitectura antisísmica, donde las mujeres tuvieron un rol político y social muy importante, interactuaron con la Amazonía, es la primera ciudad sostenible (cuidaban los ecosistemas e identificaban cambios en el clima como el Fenómeno del Niño), construyeron acequias y puquios como reservas de agua, desarrollaron una economía de intercambio, y, es patrimonio Cultural de la Humanidad. A nuestro egregio gobernante Inca Pachacútec, reedificó el templo del sol Coricancha, perfeccionó el Qhapag Ñan, construyó Machu Picchu (maravilla del mundo), reconstruyó la ciudad del Cusco, instituyó los tucuy ricuy (supervisaban el cumplimiento de las disposiciones del gobernante), empleó la maqueta y la previa exposición de proyectos, ante un consejo, para su aprobación y ejecución, inició la obra de Sacsayhuamán, entre otros.

Y, como, dice el bello preámbulo de la Constitución del 79: “Evocando las realizaciones justicieras de nuestro pasado autóctono; la fusión cultural y humana cumplida durante el virreynato; la gesta de los Libertadores de América que inició en el Perú Túpac Amaru y aquí culminaron San Martín y Bolívar; así como las sombras ilustres de Sánchez Carrión, fundador de la República y de todos nuestros próceres, héroes y luchadores sociales, y el largo combate del pueblo por alcanzar un régimen de libertad y justicia.”

Nuestra historia nos demuestra fehacientemente, somos un país y pueblo creador, no imitador de otros.

comentario en

  1. Por el momento, opino q peruano es quien vive fuera de Lima y mentalmente no en Europa, EEUU, Japón, China, etc 🙂
    Lo de volver al incanato es incorrecto tanto como el globalismo; es tentador el ‘complejo de la edad de oro’, tanto como la alienación.
    Ser tercer mundo no es denigrante, es solo otro camino.

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