Por: Carlos Meneses

El fenómeno que ocurrió en Lima cuando se declaró originalmente el estado de emergencia en San Juan de Lurigancho (SJL) y en San Martín de Porres (SMP) se ha trasladado a nivel nacional. Los delincuentes que practicaban sus malas acciones en esos distritos se han trasladado a otros de la misma Lima, obligando al gobierno a extender la política restrictiva del estado de emergencia a toda la ciudad de Lima.

Así las cosas, en Arequipa han aparecido nuevos casos de criminalidad que han llegado a las 16 729 denuncias por homicidios, robos, hurtos y extorsiones. El director nacional de Investigación Criminal de la PNP, general Óscar Arriola Delgado, explicó que aparte de Lima, Piura y Lambayeque, así como la Provincia Constitucional del Callao, Arequipa es la quinta región que acusa ese alto número de hechos delictivos.

En buen romance, el gobierno pregona una reducción delincuencial que la gente no siente ni ve, si lo mismo está ocurriendo con las provincias y regiones que han sido excluidas de una política de combate a la delincuencia que azota por igual a prácticamente todas las regiones del país.

El general Arriola también dijo que hay una suma de elementos conflictivos que están referidos básicamente a la ausencia de coordinación entre el trabajo policial y los encargados de la administración fiscal y expresó la necesidad que se aceleren los procesos por parte de fiscales y de jueces.

En una charla que dio en el Paraninfo de la Universidad de San Agustín pidió que el Congreso se interese también más en el tema de lucha contra el terrorismo, la criminalidad organizada y las deficiencias advertidas en los procesos.

Arriola dijo que la más sacrificada es la tarea de la Policía que no recibe ni los recursos que le son necesarios en lo que se refiere a lo económico ni tampoco el respaldo que debiera brindar la Fuerza Armada en su apoyo.

SUMILLA

Lo ocurrido en Lima se está repitiendo en provincias, los delincuentes que asolaron San Juan de Lurigancho (SJL) y San Martín de Porres (SMP) se han trasladado a otros sitios con todas sus maldades a cuestas y lo que pasa ahora en Arequipa es que ocupamos el quinto lugar entre las regiones del país con mayor criminalidad.