Por: Augusto Cáceres Rosell

Cuando se consulta a un peruano acerca de la principal aspiración que rige su vida, el primer lugar de las respuestas es ser un emprendedor. El 23% de empresas nuevas en el Perú nace como resultado de una dinámica familiar, superando a Argentina, Brasil, España y Panamá, con porcentajes entre 10% y 16%.

Cabe señalar que el desafío más grande que tienen estos emprendimientos jóvenes a nivel micro es la falta de profesionalización de sus impulsores y el reto de obtener fuentes de financiamiento a costos justos y a plazos razonables.

Los principales desafíos del emprendimiento a nivel macro, es decir, para todo el país son:

• Desarrollar el espíritu emprendedor desde la escuela.
• Impulsar programas de capacitación entre el Gobierno, las empresas y las universidades.
• Aprender acerca de casos exitosos en los negocios.
• Generar ideas de negocios creativas.
• Ser innovadores en el uso de la tecnología.
• Considerar la inteligencia artificial como una oportunidad de crecer geométricamente.
• Tener en cuenta que las economías de los países se desarrollan más cuando cuentan con una población dedicada a los emprendimientos.
• Formalizar sus negocios.

La experiencia reciente nos demuestra que el emprendimiento, visto como un autoempleo independiente, supera en número a los empleos tradicionales, es decir, dependientes. Se estima que en el 2025 el 55% de peruanos que trabaja lo hará en un emprendimiento propio. Son en los NSE C, D y E en donde se ubican más del 70% de nuestros emprendedores.

Una característica importante en nuestro país es el hecho de que el género femenino encabeza la lista de emprendedores, representando el 63%. Claramente, cada día son más las mujeres que trabajan fuera de su hogar, principalmente en actividades comerciales.

Sin embargo, no deja de preocupar que aproximadamente el 75% de los negocios sean informales y solamente un 25% sea formal. La región centro del país ocupa el primer lugar de informalidad, seguida por la región sur y luego la norte, en ese orden. Todo ello, con las consecuencias que esta situación genera en la recaudación fiscal y la bancarización en el país, limitando en muchos casos la competitividad de los negocios y la posibilidad de acceder a los mercados internacionales más grandes y globales.

Conversando con un sinnúmero de emprendedores acerca de la fórmula que usan para superar los desafíos y retos en sus negocios, en su gran mayoría coinciden en que consiste en contar con una dosis de inspiración, pero sobre todo con un mayor esfuerzo y sacrificio.