Integrantes de la Asociación de Usuarios de Salud Mental denunciaron una mala praxis en la transición de la Ley N°30947. Esta norma establece el reemplazo de manicomios por Centros de Salud Mental Comunitarios, sin embargo, para los familiares estos espacios no aseguran las condiciones necesarias para reemplazar a los psiquiátricos, pues carecen del proceso adecuado, del personal suficiente y de la dotación de medicamentos debida. 

La Ley N°30947 establece el marco legal para garantizar el acceso a los servicios, la promoción, prevención, tratamiento y rehabilitación de la salud mental, como condiciones para el pleno ejercicio del derecho a la salud y el bienestar de la persona, la familia y la comunidad. En Arequipa, supuso el reemplazo de psiquiátricos por Centros de Salud Mental Comunitarios. No obstante, según la Asociación de Usuarios de Salud Mental, dichos espacios estarían incumpliendo medidas básicas que aseguren un buen trato a los usuarios. Además de carecer de medicamentos y el personal suficiente para la atención. 

«Se está haciendo una mala práctica en la transición del modelo manicomial al modelo comunitario. Es decir, los centros de salud de cada distrito aplican solo el modelo clínico y priorizan el diagnóstico. Tampoco realizan el monitoreo, el acompañamiento y la rehabilitación adecuada para que el usuario pueda llevar una vida digna con todos sus derechos para laborar y trabajar», refirió la presidenta de la Asociación de Usuarios de Salud Mental, Yenny Huanco Farfán. 

De acuerdo a la ley, los usuarios (pacientes con padecimientos mentales) deben recibir la atención y tratamiento adecuado para alcanzar su rehabilitación y reinserción sociolaboral. No obstante, los centros comunitarios no brindan la atención requerida para asegurar la mejora de los pacientes e incluso carecen de personal suficiente (psicólogos, trabajadores sociales, terapeutas ocupacionales, tecnólogos y enfermeras). «Tampoco hay medicamentos, a veces llegan y a veces no», refirió Huanco Farfán. 

Para la psicóloga, los incumplimientos repercuten directamente sobre en el proceso de mejora de los usuarios. Por ejemplo, al no brindarse seguimiento a la línea de cuidado (llamadas y/o visitas domiciliarias), el paciente corre el riesgo de no recuperarse y, lo que es peor, causar molestias en la sociedad. Dado que vive diariamente en comunidad y tiene trato directo sobre familiares e individuos de su entorno. Lo que podría significar que padecimientos como estrés o ira sean más prevalente en la región.