Navidad segura y sostenible sin pirotecnia

Por: María López

Las evidencias señalan que el uso desmedido de pirotecnia no solo desencadena una explosión de luces y sonidos sino también una preocupante nube de contaminación. Según el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi), en la madrugada del 1 de enero del 2023 los niveles de contaminantes del aire en Lima metropolitana alcanzaron alturas máximas, una consecuencia directa del uso indiscriminado de artefactos pirotécnicos y otros eventos asociados, como la quema de muñecos y reportes de incendios.

Durante la Navidad del 2022, los datos del Senamhi revelaron un aumento del 60% en la contaminación del aire en Lima en comparación con el año anterior. Estos hallazgos se basan en mediciones en distintos distritos, incluyendo San Martín de Porres, San Juan de Lurigancho, Villa María del Triunfo, Jesús María y San Borja.

Además, la pirotecnia contribuye a la contaminación acústica, afectando la salud auditiva de personas y animales. A pesar de las ordenanzas municipales que prohíben su uso, es esencial que asumamos la responsabilidad individual para preservar la calidad del aire en beneficio de la salud pública.

En términos de sostenibilidad ambiental, la pirotecnia también deja una huella de residuos. Los restos de fuegos artificiales, compuestos por cartuchos quemados y otros desechos, a menudo terminan contaminando cuerpos de agua y suelos, afectando así a los ecosistemas locales y contribuyendo a la crisis global de residuos plásticos.

A menudo olvidamos la existencia de ordenanzas municipales que prohíben y sancionan el uso de pirotécnicos. Sin embargo, más allá de la posibilidad de castigo, es esencial ser conscientes de la responsabilidad individual para preservar la calidad del aire en beneficio de la salud pública. La transición hacia una Navidad sostenible no solo es una elección responsable, sino también un paso significativo hacia un futuro más saludable para todos.

En línea con estas iniciativas, como sociedad, es imperativo reconsiderar nuestras prácticas festivas. La evidencia de los riesgos para la salud y el medio ambiente derivados del uso descontrolado de pirotecnia nos exige una reflexión profunda. La seguridad y el bienestar de nuestras comunidades están en juego. Cuidemos lo que más nos importa.

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