El cuidado de nuestros hijos ante el abuso sexual infantil
Por: Lisha Galagarza Pérez, magíster en Psicología en Salud Mental. Perito en Delitos contra la Libertad Sexual y Violencia Familiar. Profesora de la Universidad Católica San Pablo.
Actualmente, la seguridad de los niños se ha convertido en una preocupación constante. El abuso sexual infantil (ASI), es un tema sensible y alarmante que nos resulta incómodo, pero es muy importante que sea abordado, ya que los niños están cada vez más expuestos. Somos conscientes de que vivimos en un mundo en el que este tipo de abusos ocurren con demasiada frecuencia, por lo que debemos estar preparados y tomar todas las medidas necesarias para protegerlos.
La OMS calcula que la prevalencia mundial del ASI en la infancia es del 27 % contra niñas y del 14 % contra los niños. UNICEF informó que un número asombroso y lamentable de niños, algunos de tan solo 12 meses de edad, son víctimas de actos de violencia cometidos inclusive por sus mismos cuidadores. Por lo tanto, como padres, tutores o familiares, debemos ser capaces de identificar las diversas situaciones de riesgo.
Un primer punto a considerar, es el peligro que puede conllevar exponer a nuestros hijos en nuestras redes sociales, colgando sus fotos, creándoles perfiles o permitirles libre disponibilidad a juegos donde existen salas de chat, en las que pueden toparse con quienes quieren dañarlos. Es muy necesario que conversemos de los peligros con los que pueden encontrarse en Internet.
Otro asunto clave es enseñarles a nuestros hijos, desde temprana edad, lo importante que es cuidar su cuerpo y cómo decir «no», si alguien intenta tocarlos o hacerles algo que los haga sentir incómodos, para lo cual debemos estar disponibles y dispuestos a escucharlos y creerles. Muchas veces, los niños no se atreven a contar sobre el abuso por miedo a ser castigados o no ser creídos, por lo que es fundamental asegurarnos de que confíen en nosotros.
Por otro lado, también debemos ser conscientes de la importancia de prevenir el abuso sexual por personas cercanas. Esto implica tomar precauciones en la elección de los cuidadores de nuestros hijos, ya sea en la escuela, en actividades extracurriculares o en el entorno familiar. Es fundamental investigar y verificar los antecedentes de las personas que van a estar a cargo de nuestros hijos.
Es crucial estar atentos a los posibles signos de abuso sexual. Algunos indicadores pueden incluir cambios repentinos de comportamiento, pesadillas, dificultades para dormir o pérdida de interés en actividades que antes disfrutaban. Si expresan su negativa al contacto físico o se niegan a compartir con alguien, son conductas a las que debemos permanecer atentos. Es importante escucharlos, pero aún más importante es observarlos.
Por lo tanto, es esencial promover en casa un entorno de confianza y comunicación abierta con nuestros hijos. No debemos ignorar esta realidad alarmante y, en su lugar, debemos tomar medidas concretas para enfrentar este problema de manera responsable y efectiva. Nuestros hijos merecen crecer en un entorno seguro y protegido, y depende de nosotros brindarles esa seguridad.