El fin de la guerra

Por: Carlos Meneses

La paz para el mundo y la justicia para los peruanos es lo que anhelamos a 48 horas de la llegada del Nuevo Año sobre todo para quienes han sufrido en el 2023 la persecución, la guerra, el hambre y la desesperación que causa el conflicto de Rusia y Ucrania y en los últimos meses los enfrentamientos entre judíos y palestinos.

El penúltimo día del 2023, es momento propicio para desear, al igual que todo el mundo, que el 2024 acaben conflictos que han ensangrentado el planeta con la guerra entre Rusia y Ucrania y también entre Israel y Palestina.

No son por cierto los únicos conflictos bélicos, pues también los hay, pero en menor proporción en otras naciones de África y Asia. No obstante, los citados pueden empeorar hasta convertirse en preocupantes para todo el planeta.

Con la autoridad moral que le asiste el Santo Padre ha invocado que se tenga especial cuidado con la niñez. En verdad la mayoría de las víctimas han resultado ser niños muertos y heridos o sufrientes de ataques aéreos que ya sobrepasan los 30 mil entre los fallecidos en Gaza y como consecuencia de desventuras en tierra en la que desde tiempos inmemoriales hay conflictos entre árabes y judíos.

Eso es lo que el mundo más quiere para el año entrante, la paz entre todos los hombres y el alejamiento de las guerras, es necesaria para conseguir que reine la cordura y la fraternidad y que el desarrollo alcance a más naciones y pueblos para que impere la justicia y sufran menos los más pobres o los inocentes. No hay nadie que pueda oponerse a estos deseos.

Hacemos también votos para que en el Perú impere la justicia, se restablezca la voluntad cívica que nos debe conducir a un proceso electoral de renovación y de cambio real.

No se puede desear nada mejor para el 2024 para el mundo y el país y es de urgencia que los poderes del Estado hagan lo necesario para garantizar se alcance el objetivo.

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