Por: Edgard Norberto “Beto” Lajo Paredes

Dos estudiosos de la política mundial, desde la óptica de los países desarrollados, han publicado libros que hablan de las bondades del liberalismo y socialismo: “El liberalismo y sus desencantados Cómo defender y salvaguardar nuestras democracias liberales”, de Francis Fukuyama (Primera edición 2022, Editorial Planeta Colombiana), y, “¡Viva el socialismo! Crónicas 2016-2020”, de Thomas Piketty (Primera edición 2021, Editorial Planeta Colombiana).

Se tiene el libro “América Latina Del estallido social a la implosión económica y sanitaria post COVID-19”, de Vanni Pettiná y Rafael Rojas (editores) (Primera edición 2020, Editorial Planeta Perú); compilación de artículos de analistas políticos de diversos países latinoamericanos, concluyen, sobre el agotamiento y fracaso de los modelos neoliberales y progresistas del socialismo del siglo XXI. El fracaso de ambos modelos ¿pone fin al debate ideológico entre economía estatista (progresista) v.s. libre mercado (neoliberal)?

En Chile, mediante referéndum, la gran mayoría se decidió por una nueva Constitución Política, convocaron elecciones a Convención Constituyente, redactaron la nueva Carta Magna, muy echada a la izquierda; en referéndum, fue rechazada por el pueblo. Debido a este resultado, eligieron un Consejo Constitucional, elaboraron otra Magna Lex, muy tirada a la derecha; en referéndum, también fue rechazada por los chilenos.

América Latina, repudia los extremos de derecha e izquierda, no es neoliberal ni progresista, prefiere la libertad a los autoritarismos, acepta el capital, pero no el capitalismo, se inclina por la justicia social y aleja del socialismo, anhela democracia social de Pan con Libertad.

Vanni Pettiná y Rafael Rojas, afirman: “El fracaso de los dos modelos que habían moldeado la vida política de la región después de la conclusión de la Guerra Fría, el neoliberal y el progresista, ha activado un nuevo ciclo de instabilidad (sic) regional” (p. 223). “Por un lado, la región sufre en toda su gravedad el costo social de las políticas económicas neoliberales que, en materia de ingreso, educación, salud, vivienda y trabajo, han pasado factura a los gobiernos de derecha por medio de movilizaciones populares” (p. 224).

“De este volumen se desprende también la forma problemática con que los progresismos latinoamericanos han intentado corregir las deficiencias estructurales del modelo neoliberal, por medio de estrategias desarrollistas y extractivas… los gobiernos progresistas han dado lugar, más que a una transformación radical de las sociedades y de los sistemas políticos-económicos, a una acción de contención, en muchos casos más bien moderada, de las distorsiones generadas por el modelo neoliberal… Como señala Aldo Marchesi, en uno de los artículos de este libro, los gobiernos progresistas ‘redistribuyeron los ingresos pero no la riqueza’” (p.225).

“Cualquiera que sea la salida que encuentren las sociedades y Estados de esta parte del mundo no podrán repetirse los errores de las transiciones democráticas de fines del siglo XX ni las fórmulas agotadas de las primeras décadas del siglo XXI” (p. 228).

“El reto actual, señalan varios de los autores de este libro, es, justamente, reelaborar una agenda transformadora profunda, que sepa integrar ejes estratégicos, como el feminismo y el ambientalismo, en las nuevas agendas de izquierda. En otras palabras, los progresismos latinoamericanos se enfrentan a la encrucijada de completar su transición hacia una izquierda democrática y con una agenda de transformación radical de la sociedad” (p. 225).

Aquí se equivocan Vanni Pettiná y Rafael Rojas, por cuanto, estamos viendo que los progresismos del socialismo del siglo XXI de Hugo Chávez, se han deslizado hacia dictaduras, caso Venezuela, Nicaragua, ni qué decir de Cuba. El neoliberalismo también es proclive al autoritarismo, caso Chile con Pinochet y Perú con Fujimori.

Volvamos a Haya de la Torre, creador e ideólogo de la izquierda democrática indoamericana, propone edificar una sociedad de pan con libertad y crear riqueza para el que no la tiene.