Por: Carlos Meneses

En vísperas de un proceso electoral que debe concretarse alrededor del año 2026, el sur debe unirse para emprender una senda diferente y de progreso con liderazgos nuevos y con el deseo de recuperar un sitial que tuvimos en otros tiempos.  

El primer presidente de la Asamblea Nacional de Gobiernos Regionales (ANGR) fue el arequipeño Rohel Sánchez, actualmente ese cargo lo ostenta el titular del Gobierno Regional del Cusco, pero en los últimos días y en la crisis política que afectó particularmente a la presidente Boluarte se produjo una inocultable quiebra en la unidad en los gobiernos regionales de esta parte del país.

Particularmente a raíz de la intervención que tuvo el presidente regional del Cusco frente al indiscutible liderazgo que en el norte tiene el gobernador César Acuña, jefe de la bancada parlamentaria de Alianza para el Progreso (APP).

Lo importante es mantener la unidad de la parte del país que ha sido maltratada en los últimos años y especialmente en Arequipa, Puno, Cusco, Apurímac y Madre de Dios necesitamos fortalecer la defensa del sur para poder desarrollar en forma paralela al centralismo y también al norte, que recibirá recursos considerables provenientes de Chavimochic, Chinecas y la colaboración de gobierno a gobierno con el liderazgo de Canadá.

El gobierno central tiene la obligación de participar del empeño sureño para restablecer un equilibrio que permita el desarrollo de esta parte del país que resulta ser requisito indispensable con inversiones que derivan básicamente de Majes II y el empleo directo e indirecto de 150 familias.