CTS para docentes universitarios

Por: Rubén Quiroz Ávila

REFLEXIONES

Los profesores universitarios tienen, por fin, su CTS (compensación por tiempo de servicios) gracias a sus persistentes y valientes búsquedas de reconocimiento por lo que hacen. Es tristemente sorprendente que lo que es un beneficio social para todo trabajador en el Perú, sea, justamente, el docente de la universidad pública quien no tenía esta forma de protección ante el cese laboral.

Aunque hay un ligero incremento de sus remuneraciones en los últimos años, esto no es suficiente. Pero lo más desolador era que, aunque habían dedicado su vida a compartir conocimiento en las universidades, al salir del circuito laboral educativo carecían de estipendios justos. Más bien, como una extendida y lamentable expiación, al jubilarse, tienen todavía una pensión irrisoria que, en la mayoría de los casos, no llega ni al sueldo mínimo vital.

La pregunta es inminente: ¿cómo es posible que nuestros maestros universitarios sean lanzados a la precariedad financiera sin pensiones que estén a la altura de lo que han ofrecido al país?  Por eso, una opción suele ser adicionalmente dedicarse a otros trabajos, entre ellos, la docencia en diferentes instituciones. Es decir, para completar el presupuesto mensual se requiere trabajar febril y fabrilmente, incluso con labores no educativas. El que haya un grupo importante que no se dedica exclusivamente a la vida académica en la universidad pública, sino que requiera de otras fuentes de financiamiento es un histórico llamado de atención al insuficiente valor que le otorga la nación.

Más bien debería ser todo lo contrario. La enseñanza y la investigación precisan ser correspondidas en su magnitud y su absoluta relevancia para el desarrollo del país. En vez de estar en la agotadora búsqueda de acortar las brechas de su injusta desvalorización, la política gubernamental debería ser proveerle, consistentemente, de los recursos suficientes, comenzando con la homologación remunerativa, para que sea una masa suficiente de docentes dedicados con exclusividad a mejorar la calidad académica en todas sus dimensiones. El enfoque tiene que girar a verlos como aliados fundamentales del desarrollo del Perú y no como si fueran enemigos a los cuales hay que castigar o ignorar. 

Por ello, esta CTS es una buena noticia, una breve victoria gracias a la perseverancia de un grupo de líderes comprometidos con salvaguardar el futuro del país a través de reconocer el esfuerzo de nuestros colegas. Esa es la manera asertiva, afirmativa, respetuosa, de considerar al talento humano que produce conocimiento, como un sector digno, esperanzado, merecedor de los agradecimientos concretos por su maravillosa y necesaria labor de construir la posibilidad de un país para todos.  Se tiene que entender, de una vez por todas, que la educación es el mejor camino para ampliar las posibilidades de desarrollo de nuestros jóvenes. Para ello, sus docentes estarán allí.

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