Dentro del penal, los reclusos pueden acceder a actividades educativas y laborales.

Por Danna Felipe B.

Rubén Pacheco Rojas (64) salió del penal de Socabaya en marzo pasado y probablemente regresará. El hombre intentó matar a su pareja anteayer. No mostró ningún tipo de arrepentimiento; al contrario, le deseó la muerte. Con él, ya serían más de 500 hombres que repiten condición dentro de esta cárcel.

Fuentes del Instituto Nacional Penitenciario del Perú detallaron que un 75% de los 2 mil 346 reos del penal presentan solo un internamiento. Asimismo, señalaron que se trabaja en la reinserción social de los convictos a través de un frente educativo y laboral.

El primero se realiza mediante el Centro de Educación Básica Alternativa (CEBA) y el Centro de Educación Técnico Productiva (Cetpro), lo cual permite a los reclusos terminar sus estudios primarios y secundarios, y luego aprender a elaborar productos para vender.

El segundo, a través de diferentes industrias dentro del penal, donde los reos trabajan por cuenta propia o en convenio con alguna empresa.

A pesar de todo, un porcentaje de los reclusos que salen del penal vuelve a delinquir. Algunas veces los hechos son menores y la justicia los libra, pero en otros, no les queda más opción que regresar tras las rejas. Sería el caso de Rubén.