La situación económica en el país no hizo que la gente dejara de comprar.

Por Danna Felipe B.

Mientras algunos dormían y otros festejaban la llegada del nuevo año, varios grupos de trabajadores amanecieron recogiendo toneladas de basura, baldeando y desinfectando incluso calles que deberían llamar más a la reflexión de las personas por estar declaradas patrimonio.

Para el biólogo y docente universitario Benigno Sanz, lo que ocurre es simple. «La situación económica del país preocupa a todos. Pero no quiere decir que la población, en este caso, arequipeña, no tenga para comprar. Tiene. Solo que ahora compra productos de menor calidad y que probablemente no necesita porque están baratos o de moda», afirmó. Aclaró que fácilmente un producto puede con todas estas características.

Tampoco se puede dejar de lado que la provincia de Arequipa, actualmente con cerca de un millón y medio de habitantes, sigue creciendo. Eso, sumado a la retroalimentación entre la sobreproducción y el sobreconsumo, y a la falta de conciencia ambiental genera lo que vemos en las calles a diario y peor aún en fechas festivas.

Solo en la plataforma comercial Andrés Avelino Cáceres se recogieron más de 100 toneladas de basura el 1 de enero. Cartón, plástico y papel fueron los residuos más abundantes. Se requirieron dos cargadores frontales, entre otros vehículos, para dejar limpia esta parte del distrito de José Luis Bustamante y Rivero. Ni el Centro Histórico se salvó de esta realidad. Unas 22 toneladas fueron recolectadas por trabajadores que también se amanecieron limpiando.

El biólogo preguntó a la población: «¿Era necesario todo lo que compraste para Año Nuevo? ¿Realmente eran necesarios los juegos pirotécnicos, los lentes dorados o amarillos, o el gancho de ronsoco (más conocido como capibara)?».