Por: Carlos Meneses

Ojalá lo logren para que América Latina pueda definir posiciones con respecto a sus relaciones con Estados Unidos, con el puerto de Chancay y con los intereses chinos a propósito del uso del citado puerto.

Cuando la presidenta Dina Boluarte esté en Davos, asistiendo a una cita de economistas de primer nivel y de directivos de organizaciones internacionales, estará ya gobernando los Estados Unidos, el presidente electo Donald Trump. Para entonces, él habrá anunciado medidas propias de quien asume la dirección de la potencia mundial que es Estados Unidos (EE.UU.) y terminado el periodo para el que fue elegido el demócrata Joe Biden.

El cambio será muy importante y significativo para todos, no solo para los estadounidenses sino también para América Latina y para las 2 grandes potencias del universo: China y los Estados Unidos que esclarecerán muchos asuntos de interés mundial.

Será de la mayor importancia, en Davos, la asunción de cargo de quien salió elegido en un proceso libre, categórico y definido. Trump anuncia problemas con Panamá con respecto al canal que administra ese país y también con Groenlandia, Canadá y sobre todo sus relaciones con China.

Los Estados Unidos reorientará sus posiciones futuras en lo económico y en lo político, Trump anuncia que se propone terminar con la guerra entre Rusia y Ucrania y eso significará unir a Occidente contra la invasión rusa y precisar los alcances de la participación estadounidense en esa guerra alentada ahora por chinos y norcoreanos.

De eso se hablará más que de problemas que resultan menores en aspectos económicos a definir en esta cita de economistas. Esperamos que la presidenta y su ministro de Economía hagan todo lo posible por conseguir un diálogo con el nuevo gobernante de EE.UU.