Por: Carlos Meneses

El velo ha comenzado a descorrer en una política marcadamente diferente de la que tuvo el presidente Joe Biden.

En el discurso que pronunció luego de su juramentación en el capitolio, el presidente Donald Trump hizo una referencia que ha incomodado a América Latina cuando dijo que Estados Unidos (EE. UU.) tiene que recuperar el control del canal de Panamá.

Como se sabe, EE.UU. financió la construcción del canal, mientras que el control y manejo del mismo se terminó confiando a la propia Panamá en aprovechamiento de los recursos que significan un beneficio para esa nación centroamericana que lo administra en iguales condiciones para todos los países que lo utilizan.

Lo que quiere el presidente Trump es conseguir que un régimen especial se establezca en favor de la mercadería y de los barcos que crucen el canal, como también pretende una reforma en favor de EE.UU. en Canadá y en Groenlandia.

El hecho genera resistencia en América Latina, pues también incluye la deportación y el impedimento de ingreso a Estados Unidos por parte de los mexicanos y de quienes utilizando México llegan a suelo estadounidense cruzando territorio desértico. Cuando Trump se refirió a los temas en mención, los aplausos menudearon en el grupo reducido de invitados que participó de la juramentación.

El presidente anunció que cientos de recursos que significan cambios en la política estadounidense serán dados a conocer en las próximas horas, también reveló los nombres de los ministros que conformarán el gabinete quienes tienen fama de ser duros en su política de convertir a los EE.UU. en la primera potencia del mundo.

«Seremos los primeros», dijo Trump agitando las manos y mereciendo aplausos. No hizo ninguna referencia a China, aunque el presidente chino no asistió a la ceremonia sino a través de un funcionario de alto nivel.