La Mercaderes: Ecos de una calle viva
Por: Daniela Fernández Cruz
Sin importar la hora que sea siempre verás una persona recorriéndola, quizás comprando, realizando algún trámite o trabajando, esta calle nunca está vacía.
Todos alguna vez transitamos esta calle, diferentes tiendas y construcciones históricas repartidas en estas cuadras que han sido centro de reencuentro para muchas personas a lo largo de los años. Haciéndole honor a su nombre, la bella Mercaderes, hoy más que nunca tiene muchos mercaderes. En las 4 cuadras que la componen se observa comida, textiles, joyería y los clásicos quioscos ubicados en las esquinas, pero eso es solo el comienzo.
Cuando caminas sumergido en tus pensamientos lo que menos quieres es que algo o alguien te moleste, pero de pronto surge un comentario, en efecto, el centro está plagado de “elige una carita”, al ver al costado están estos jóvenes con sus gafetes y una cartilla con caras de colores que detrás tienen un precio y todos seguían a las personas para hablarles y pedirles dinero, a veces hasta obligándolos.
“Una vez una chica me persiguió por 3 cuadras hablándome para pedirme dinero, para sus mil y un albergues, tuve que darle mis 5 soles del pasaje porque no me dejaba en paz.” Narra más de uno que vivió esta experiencia tan molesta.
En fin de semana cambiando de hora, casi a las 9 de la noche, cuando el clima se siente fresco, todos caminan con diferentes direcciones. Una fiesta o yendo a sus hogares después de la jornada. La calle estaba abarrotada de gente, música fuerte por todas partes y carcajadas de las personas producidas por los cómicos ambulantes los cuales interpretan uno de sus actos. Un hombre de unos 30 años con un vestido pegado y usando tacones, interpretando a una mujer que insulta a otro varón y lo golpea. El tono de sus voces cuando interpretaban los diálogos alertan a cualquiera que pasara por su costado, incluso llegas a pensar que están asaltando a alguien, de no ser por las risas del tumulto de gente que está alrededor de ellos.
Aunque era raro verlos en una cuadra de esta emblemática calle, no sorprende que se posicionen frente al banco interbank para realizar sus shows soeces que no permiten admirar la construcción de sillar con pasividad sin que te quieran incluir en uno de sus “chistes”.
Estas situaciones se viven día a día en esta calle, muchos ciudadanos cansados de estas situaciones intentan evitar estas cuadras tan bellas y extranjeros no pueden pasear tranquilos a causa de tanto hostigamiento por parte de dichos vendedores.
Si bien todos tenemos derecho de trabajar, no podemos ser ajenos a la molestia de los comerciantes que pagan impuestos por su negocio y demás personas que se sienten fastidiadas de tanto seguimiento por parte de estos ambulantes.
Así como esta calle alberga a vendedores, chistoretes, comerciantes molestos y voluntarios de albergues de dudosa veracidad. También está llena de música, historia y voces de nuestra gente, una calle que es nuestro patrimonio que debemos cuidar y atesorar.