Por una Iberoamérica de primer mundo

Por Diego de la Torre
El Consejo Empresarial Alianza por Iberoamérica (CEAPI) fue fundado hace poco más de diez años por Nuria Vilanova, una destacada empresaria española que convocó a los más connotados empresarios de la región con un objetivo: una comunidad Iberoamericana unida, próspera, competitiva y de primer mundo a través del crecimiento e internacionalización de sus empresas. Hace unos días Nuria estuvo en Lima para presentar el VIII Congreso del CEAPI que tendrá lugar en Sevilla en junio de este año. Como conversamos siempre con Alejandro Abellán, embajador de España en el Perú, el camino al primer mundo no es solo lo anglosajón, también lo es España.
Lo que España ha logrado en los últimos 50 años es notable, retomando esa energía y espíritu de forja que tuvo en el siglo XVI. La globalización de sus empresas, la magnífica infraestructura que soporta más de 90 millones de turistas al año, su vibrante democracia así como un admirable sistema educativo y sanitario, son un modelo a seguir. De joven siempre pensé que moriría sin ver un país de primer mundo donde se hable español. Hoy España es del primer mundo y sus empresas compiten con éxito a nivel mundial. Pocos saben por ejemplo, que el 60% del tráfico aéreo mundial se coordina con algoritmos matemáticos creados en España, con Indra.
El CEAPI hace posible la conexión personal y empresarial con las mejores prácticas de las corporaciones iberoamericanas. El CEAPI no se limita a lo empresarial. Lo más importante diría yo es la oportunidad de interactuar y conocer personas del más alto prestigio, calidad humana y cultura. La Casa Real de España tiene una relación muy cercana con el CEAPI. Su Majestad Don Felipe VI ha asistido a casi todos los Congresos y abraza con mucho entusiasmo los logros que los empresarios iberoamericanos obtienen en el mundo. Tanto es así, que el Rey ha entregado personalmente el premio CEAPI “Enrique Iglesias”, en varias ocasiones, en el Palacio de la Zarzuela.
La hispanidad es una poderosísima comunidad de más de 600 millones de personas que compartimos la misma lengua y cultura. Durante mucho tiempo hemos sido la cenicienta de Occidente. Es hora que fortalezcamos nuestra unión y nuestras alianzas empresariales, sociales y culturales. De esta manera volveremos a pisar fuerte en la geopolítica y economía global, como lo hicimos en los siglos 16, 17 y 18. Recordemos que fue un limeño, Juan de la Bodega y Cuadra, quién en una expedición científica descubrió la bahía de Vancouver y que tres cuartas partes del territorio de Estados Unidos eran parte del Reino de España (hoy 100 millones hablan español ahí, incluso hay una Real Academia Norteamericana de la Lengua Española).
El CEAPI nos convoca con el objetivo de una hispanidad ganadora, culta, próspera y, por qué no decirlo, alegre y feliz. Exhorto a los empresarios peruanos e iberoamericanos a que se unan al CEAPI o asistan a sus congresos anuales, no solo para fortalecer a sus empresas sino también para redescubrir y disfrutar a plenitud ese gran pilar de la cultura occidental que es la Hispanidad. Hace poco estuvo en Perú Isabel Díaz Ayuso, una Limeña de España como ella se autodenominó, luego de la cariñosa bienvenida que le dio nuestro alcalde, Rafael López Aliaga. Nuria Vilanova, presidente del CEAPI, es también una Limeña de España, como Ayuso. No olvidemos que uno de nuestros tatarabuelos, el gran Francisco Pizarro, también fue un Limeño de España. Se casó con una princesa Inca, Quispe Sisa, como muchos conquistadores, creando una nueva nación mestiza: El Perú. Estos hijos mestizos nobles, como Francisca Pizarro Yupanqui y el Inca Garcilaso de la Vega hablaban latín, quechua, español e italiano personificando una nueva y vigorosa cultura incorporada a Occidente.
Los peruanos somos una fusión del Imperio Inca y el Imperio Español, ambos civilizadores e integradores que tomaban lo mejor de otras culturas sin perder sus raíces. El Perú tiene alma imperial. El imperio construye civilización como lo hizo Roma, España y el Incario. Los imperios construyen ciudades, universidades, hospitales e infraestructura como lo hicieron los imperios español e inca en Sudamérica. Basta ver la fortaleza del Real Felipe, la Universidad de San Marcos (80 años más antigua que Harvard) así como Sacsayhuamán y Machu Picchu. España nos trajo el Cristianismo, columna vertebral de Occidente, que le dio al mundo una maravillosa brújula moral que permitieron grandes avances en los derechos humanos.
Desde que soy parte del CEAPI, hace más de diez años, solo me han sucedido cosas buenas, tanto a nivel empresarial como personal. He conocido personas maravillosas y se me ha hecho aún más evidente el gran futuro que tenemos si nos unimos. CEAPI está contribuyendo a construir una hispanidad de primer mundo. ¡Veámonos en Sevilla en junio para sumarnos a ese gran e inspirador objetivo!