Chile se aprovecha de la crisis de los anchoveteros del sur peruano

Por Jorge Turpo Rivas
Pesca de anchoveta se redujo considerablemente el año pasado. Mientras el Perú impone restricciones a su propia flota pesquera, Chile ha sabido aprovecharse del recurso que cruza la frontera sur. Los pescadores piden que el Gobierno legisle con un estudio técnico del litoral del sur.
CERRARON 5 HARINERAS EN ILO
La pesca industrial de anchoveta en la zona sur del Perú atraviesa su peor crisis en décadas. La eliminación del régimen especial de pesca en 2011, sumada a normativas restrictivas y vedas prolongadas, han llevado al colapso del sector.
Mientras tanto, Chile se aprovecha de esta situación, pescando sin restricciones el recurso que no puede ser capturado por los peruanos.
«Antes de 2011 pescábamos entre 600 mil y 800 mil toneladas de anchoveta al año. Ahora apenas alcanzamos el 10 % de lo que solíamos capturar», explica, José Huiza, exsecretario general del Sindicato de Pescadores Anchoveteros del Puerto de Ilo.
El problema radica en una regulación pesquera que no toma en cuenta las particularidades de la zona sur del Perú. A diferencia del norte, donde la plataforma continental es amplia, en el sur la costa se hunde abruptamente, obligando a la anchoveta a permanecer cerca de la orilla.
Sin embargo, la normativa actual prohíbe la pesca industrial dentro de las 5 millas, dejando el recurso fuera del alcance de los pescadores industriales.
«Nos han satanizado como depredadores, pero la verdad es que quienes sobreexplotan el recurso son otros actores que sí pescan dentro de las 5 millas», enfatiza Huiza.
Además, las vedas impuestas debido a tallas mínimas de captura no adaptadas a la realidad local han paralizado la actividad en múltiples ocasiones.
En 2020, por ejemplo, la temporada de pesca en el sur fue cancelada debido a que la anchoveta presente en la zona medía entre 10.5 y 11.5 cm, cuando estudios científicos han demostrado que desde los 10.5 cm ya es una especie madura.
Otro problema estructural que enfrenta el sector es la falta de incentivos para la modernización de la flota pesquera.
Muchas embarcaciones han quedado obsoletas debido a la disminución de la actividad, lo que reduce aún más la competitividad de los pescadores peruanos frente a sus pares chilenos.
«Si no se invierte en la renovación de la flota y en nuevas tecnologías para la captura sostenible, el sector seguirá en declive», advierte Huiza.
Además, la falta de estudios científicos adecuados sobre la biomasa de anchoveta en el sur del Perú ha generado decisiones políticas sin sustento técnico.
«Las cuotas de captura se reducen sin un criterio claro, afectando directamente a quienes vivimos de la pesca. Necesitamos que IMARPE haga estudios más detallados y que las decisiones se basen en evidencia científica», agrega el exdirigente.
CONSECUENCIAS DEVASTADORAS
Las cifras reflejan el impacto de esta crisis: en 2011 se pescaron 700 mil toneladas de anchoveta, pero en 2024 la captura cayó a solo 71 mil toneladas. Esto ha significado pérdidas económicas de aproximadamente S/ 4 500 millones en valor agregado bruto y US$ 1 886 millones en exportaciones.
Además, la falta de pesca ha provocado el cierre de la mayoría de las plantas harineras en Ilo, generando desempleo masivo.
«En Ilo había siete plantas procesadoras de harina de pescado, ahora solo quedan dos: Promasa y Austral», lamenta Huiza.
Agrega que esto ha generado una crisis social y económica. Se han perdido miles de empleos directos e indirectos, afectando no solo a los pescadores, sino también a los transportistas, comerciantes y trabajadores de las plantas procesadoras.
La pérdida de actividad también ha afectado el canon pesquero, reduciendo los recursos destinados a las comunidades locales.
«Se han dejado de generar al menos US$ 2 000 millones en exportaciones de harina y aceite de pescado. Es dinero que podría haber dinamizado la economía local», explica el exdirigente pesquero.
CHILE SACA PROVECHO
Mientras el Perú impone restricciones a su propia flota pesquera, Chile ha sabido aprovecharse del recurso que cruza la frontera sur.
En el país vecino, la normativa permite que la pesca industrial se realice dentro de sus 5 millas, lo que les da acceso directo a la biomasa de anchoveta.
Desde la eliminación del régimen especial en 2011, la captura en el norte de Chile ha superado con creces a la del sur peruano.

«Chile pesca en sus propias aguas la anchoveta que no podemos capturar aquí», denuncia Huiza. «Mientras aquí tenemos que esperar que el cardumen salga de las 5 millas para poder capturarlo, los chilenos lo aprovechan antes que nosotros», agrega.
Los pescadores han intentado revertir esta situación a través de gestiones ante el Gobierno. Sin embargo, la inestabilidad política y la falta de voluntad han impedido cualquier avance. «Nos hemos reunido con ministros y viceministros, pero cada vez que los cambian, todo vuelve a cero», explica Huiza.
Apunta que se trata de una cuestión de voluntad política. Se necesita una regulación adecuada a la realidad del sur y no seguir aplicando normativas pensadas para el norte.
El futuro de miles de familias depende de una reforma urgente en el sector pesquero. La crisis de la anchoveta no solo afecta a los pescadores, sino a toda la economía de la región sur del Perú.
Mientras el Gobierno no tome cartas en el asunto, la agonía del sector pesquero continuará, y Chile seguirá sacando provecho de la inacción peruana.