Menos del 50 % de jóvenes de 18 a 24 años tiene cultura de ahorro

Brecha evidencia la necesidad de fomentar la educación financiera.

El futuro se construye con cada decisión. Frente al constante cambio global, la educación financiera constituye un pilar fundamental para la estabilidad y el bienestar de las nuevas generaciones. Ahorrar y planificar las finanzas es una estrategia clave para que los jóvenes construyan un futuro sólido y estén mejor preparados para afrontar imprevistos.

Un estudio de Alegra.com señala que el porcentaje de emprendedores entre 18 y 34 años en el Perú es un 14.49 % mayor al promedio regional de Latinoamérica, reflejando el creciente interés de los jóvenes por la independencia económica. Además, según la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS), mientras que el 70 % de los adultos mayores de 25 años ahorra, solo el 49 % de los jóvenes entre 18 y 24 años lo hace, una brecha que evidencia la necesidad de promover la educación financiera en este grupo etario.

Por otro lado, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en el primer trimestre de 2024, el 60 % de la población mayor de 18 años tenía algún tipo de cuenta ya sea de ahorro, sueldo, a plazo fijo o corriente. Sin embargo, la inclusión financiera no garantiza saber gestionar nuestro dinero, por lo que es fundamental que los jóvenes accedan a una buena educación financiera y a herramientas que los ayuden a gestionar sus ingresos y cumplir sus metas y obligaciones.

“La educación financiera además de ser conocimiento útil, es una necesidad para el desarrollo personal y profesional de los jóvenes. Es importante que, desde una edad temprana, entiendan el valor de administrar bien sus recursos y se preparen para un futuro con mayor seguridad y mejores oportunidades”, señala Andrés Miyashiro, gerente de Negocios en Cooperativa Abaco.

Cada vez más empresas apuestan por plataformas y herramientas innovadoras para la educación financiera. Con un enfoque integral que combina aprendizaje, acceso a información clara y herramientas prácticas, los jóvenes pueden tomar decisiones financieras más responsables y sostenibles, allanando el camino hacia su independencia y estabilidad en la adultez.

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