Los periodistas no se pueden dejar invadir

Por Danna Felipe B.

Más de un invasor se ha hecho pasar por una persona muy humilde cuando en realidad vive y se enriquece de la necesidad ajena. Para proteger su fuente ilegal de dinero no dudan en usar la fuerza y hasta armamento. Es así que escuchamos de muertos y heridos en enfrentamientos por terrenos. Más de uno de estos invasores también ha aparecido frente a las cámaras de la prensa, tratando de manipular el apoyo de la gente, haciéndonos tontos mientras ellos siguen usurpando. Lo recientemente ocurrido con el periodista Diego Condori Chambi de radio Exitosa en Yura no fue un hecho aislado.

El hombre de prensa llegó en horas de la mañana a los exteriores de lo que sería el mercado de la UPIS Los Milagros en el Cono Norte. En el lugar se supo que hubo enfrentamientos. Transmitió en vivo y entrevistó a algunas señoras. Tras ello, fue víctima de dos hombres quienes, al notar su presencia, se dirigieron directamente hacia él con la clara intención de hacerle daño. Lamentablemente, el colega recibió golpes de puño y de palo en diferentes partes del cuerpo, sufriendo una hemorragia interna en el ojo y quedando adolorido. Además, uno de los atacantes le robó su celular de trabajo.

Nos unimos al rechazo por los actos violentos contra Diego, pero no podemos permitir que personas de modestia fingida sigan utilizando a algunos comunicadores para conseguir beneficios de titulación y con ello seguir enriqueciéndose ilícitamente. Es parte de nuestra labor conocer quiénes son las personas a las que les brindamos cámara o micrófono.

La mayoría de invasores no son humildes. Poseen más de un lote a su nombre, obtenidos sin esfuerzo; no es que subsistan sin servicios básicos. Aparentan residir en sus usurpaciones mientras, en otro punto de la ciudad, disfrutan de todas sus comodidades. Viven organizando protestas para exigir agua y luz. Actúan con pena y llanto frente a la prensa. Pero en las noches salen en grupos con modernas camionetas e inclusive armamento en busca de nueva tierra por invadir. Están listos para detonar explosivos y desatar balaceras en cualquier momento. A esto muchas veces se ha llegado. Dejan muertos y heridos con tal de apropiarse de terrenos. No buscan el bienestar común; solo desean hacer crecer sus fortunas con la venta ilegal de lotes.

Ha sido la incapacidad de nuestras autoridades en todos los niveles de gobierno la que ha permitido que la ciudad crezca cada vez más desordenada, pues al dejar que uno construya su casa donde no debía, ahora hay viviendas levantadas en laderas o dentro de torrenteras. La falta de instrumentos de planificación urbana ha convertido la venta de terrenos en un negocio millonario, del cual un buen número de personas, incluso con investigaciones y sentencias por usurpación y asociación ilícita, sigue disfrutando. Entretanto, a todos los peruanos nos cuesta de nuestros propios bolsillos, y sigue cobrando vidas y vulnerando integridades.

Una prensa cada vez más clara solo necesita de entrevistados transparentes.

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