La falta de control municipal ha generado varios momentos de tensión.

Por: Danna Felipe B.

Lo que se registró en el puente San Isidro entre un grupo de ambulantes demuestra que la ocupación sin autorización de los espacios de todos tarde o temprano termina en agresión. Quienes primero llegaron muchas veces creen que esos espacios ya son suyos y que nadie más puede vender junto a ellos. En realidad, las pistas y veredas están para que peatones y carros circulen cómodamente, rareza de hoy en día.

La joven Francisca Romani Gutierrez, con su abogada y seres queridos al costado, dio sus descargos respecto a un conjunto de videos que están circulando en redes sociales sobre tensiones entre vendedoras de desayunos.

Más allá de apoyar o desmentir, es necesario llegar a lo profundo del problema: los espacios públicos. Muchas personas han venido ocupando lugares destinados para el tránsito nuestro, ya sea a pie o en vehículo, para trabajar. Sin embargo, lo que en un momento fue un número minoritario distribuido en algunos puntos de la ciudad, se ha convertido en uno muy grande e incontrolable, incluso dentro de ellos mismos.

La joven de hoy reconoció que el origen del problema, que incluyó agresiones físicas, verbales y psicológicas, fueron los espacios del puente San Isidro.

“A esas señoritas no les gusta que otras vayan a vender ahí. Siempre se adueñan de todos los sitios. Si alguien se pone ahí, van a ver cómo las atacan física y psicológicamente. Te van a insultar de la A hasta la Z. Te dicen de todo.”

Por su lado, ella afirma que una señora la contrató para vender desayunos en el puente.

Se sabe que ninguna tiene autorización de la Municipalidad Provincial de Arequipa para vender en la vía pública, por lo que, cuando la regulación falta, el desorden se impone y hace de las suyas, como en este caso que no es aislado.