Más de 3 mil ambulantes invaden calles en vísperas navideñas

Fotos: Jorge Esquivel

Las principales vías del Cercado lucen repletas de vendedores informales y compradores. Los mercadillos improvisados carecen de seguridad y medidas sanitarias, mientras la Municipalidad intenta recuperar espacios públicos sin éxito.

COMERCIO SE APODERA DE CALLES CÉNTRICAS

A pocos días de la Navidad, el Centro Histórico de Arequipa se ha convertido nuevamente en un gran mercado al aire libre. Miles de personas recorren las calles San Camilo, Perú, San José, Alto de la Luna y los alrededores del mercado central para realizar sus compras, mientras más de 3,000 ambulantes ocupan veredas, pistas y plazas sin autorización municipal.

Desde tempranas horas, la afluencia de compradores ha convertido al Cercado en un punto de caos y riesgo. Familias enteras se abren paso entre puestos de ropa, juguetes, adornos navideños y comida al paso. Sin embargo, la aglomeración de personas, el desorden vehicular y la falta de seguridad son evidentes.

Ambulantes ocupan las calles céntricas de la ciudad.

“Es imposible caminar. Todo está lleno de ambulantes y hay mucho peligro de robos”, comentó María Alejandra Quispe, vecina del Cercado, quien asegura que salir de compras se ha vuelto una experiencia estresante. “No hay control, y los fiscalizadores son muy pocos para tanta gente”, añadió.

MERCADILLOS INSEGUROS

La Municipalidad Provincial de Arequipa habilitó espacios temporales para reubicar a los comerciantes informales, como el Mercadillo de la calle San Juan de Dios, Las Malvinas y el complejo El Palomar. Sin embargo, estos lugares también lucen abarrotados y con evidentes deficiencias en infraestructura y seguridad.

En varios de estos recintos no existen rutas de evacuación, extintores ni servicios básicos adecuados. Los cables eléctricos improvisados y la acumulación de productos inflamables incrementan el riesgo de incendios. Además, la falta de limpieza y control sanitario agrava las condiciones de los vendedores y del público.

“Estamos expuestos a todo. No hay seguridad y el calor hace que la comida se malogre rápido”, comentó Lidia Ramos, vendedora de golosinas, quien asegura que paga un derecho diario por ocupar su puesto, aunque reconoce que no recibe garantías básicas.

FISCALIZACIÓN

De acuerdo con la Subgerencia de Desarrollo Económico Local, en los últimos días se han desplegado más de 120 inspectores municipales para ordenar el comercio ambulatorio, pero la demanda supera su capacidad operativa.

Productos navideños de todo costo ofrecen en la vía pública.

“El comercio informal crece cada año. A pesar de los operativos, muchos regresan apenas los fiscalizadores se retiran”, admitió un funcionario municipal. “Se han intervenido 25 puntos críticos, pero los ambulantes se reubican rápidamente en otras calles del Centro”.

Los lugares más congestionados son los alrededores del mercado San Camilo, la calle Perú, Piérola, San José, Rivero y la plaza San Francisco. En algunos casos, los ambulantes se organizan en asociaciones y alquilan espacios a otros comerciantes, generando incluso conflictos internos y cobros indebidos.

RIESGOS PARA LA SEGURIDAD CIUDADANA

La presencia masiva de ambulantes también atrae a delincuentes que aprovechan la aglomeración para cometer robos y estafas. Según la Policía Nacional, se han registrado un promedio de 15 denuncias diarias por hurtos de carteras, celulares y billeteras en el Centro Histórico durante diciembre.

“Estamos intensificando el patrullaje, pero la cantidad de personas dificulta la vigilancia”, señaló un agente de la comisaría de Palacio Viejo.

La Gerencia de Seguridad Ciudadana informó que trabaja de manera coordinada con la Policía y el serenazgo para reducir los delitos, aunque reconocen que los mercadillos informales se han convertido en focos de inseguridad.

Comerciantes informales ocupan hasta la calzada en diferentes partes de la zona monumental.

LLAMADO AL ORDEN

El alcalde provincial, Víctor Hugo Rivera, reiteró que la comuna busca recuperar los espacios públicos y reubicar a los comerciantes informales. “No se trata de reprimir, sino de ordenar. Estamos ofreciendo alternativas para que los ambulantes puedan trabajar en lugares seguros y con servicios básicos”, declaró.

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