Arequipa afronta temporada alta ante incendios forestales sin plan regional aprobado
Incendios forestales amenazan a varias provincias de la región. Falta de prevención y escasos recursos agravan el riesgo en zonas altoandinas; 35 incendios forestales se han reportado en lo que va de 2025.
SE REGISTRAN 35 EMERGENCIAS
Arequipa entra en su etapa más crítica del año frente a los incendios forestales sin contar aún con un plan regional aprobado que oriente las acciones de prevención, control y respuesta ante emergencias. Pese a que la temporada alta —entre junio y diciembre— ya concluyó, el Gobierno Regional de Arequipa (GRA) no ha logrado culminar ni validar el instrumento técnico que permita enfrentar con eficacia este tipo de desastres.
Durante 2025 se han registrado 35 incendios forestales, según datos del Centro de Operaciones de Emergencia Regional (COER) Arequipa, una cifra que, aunque menor a los 60 siniestros reportados en 2024, evidencia la persistencia del riesgo y la ausencia de políticas de prevención sostenibles. La actual gestión regional estima culminar la etapa técnica del plan en los próximos 30 días, con la expectativa de que entre en vigencia recién desde enero de 2026.
El jefe del COER Arequipa, Juan Portilla Alvarado, explicó que la demora responde a la necesidad de adecuar el documento a las nuevas exigencias establecidas por el Instituto Nacional de Defensa Civil (INDECI) y la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM). Sin embargo, reconoció que este retraso deja a la región en una situación vulnerable.
“Nos ha tomado tiempo regular el instrumento y ajustarlo a las exigencias que requiere un plan válido a nivel nacional. El escenario de riesgo en Arequipa es uno de los más críticos, dadas las condiciones en la zona alta de Caylloma y en algunos distritos de la capital, mientras que las demás provincias enfrentan emergencias de otro tipo”, señaló Portilla.
ESCASA CAPACIDAD OPERATIVA
La falta de planificación se suma a las limitadas capacidades logísticas. Actualmente, la región solo dispone de una brigada de seis integrantes especializados en el control de incendios forestales. Este grupo depende de una estrecha coordinación con los bomberos y las brigadas comunales, que actúan como primera línea de respuesta ante los siniestros.
El COER Arequipa busca incluir dentro del nuevo plan un presupuesto de S/120 mil para 2026, monto que permitiría adquirir equipos de protección personal (EPP), fortalecer el equipo técnico y financiar talleres de capacitación. No obstante, los recursos proyectados resultan modestos si se considera que cada incendio forestal puede demandar hasta S/20 mil en gastos logísticos y de movilización.
Portilla subrayó que el objetivo es unificar criterios y reforzar la prevención, más allá de la respuesta reactiva. “Estamos organizando un taller junto con el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (SERFOR), en el que participarán brigadas, bomberos y otras entidades de primera respuesta. Queremos coordinar un protocolo único de actuación y reforzar la sensibilización en comunidades rurales”, indicó.
DAÑO AMBIENTAL Y FALTA DE PREVENCIÓN
Los incendios forestales en Arequipa no solo destruyen pastizales y cultivos, sino que también afectan gravemente los ecosistemas altoandinos, en especial en las zonas de Caylloma, Castilla, La Unión y Condesuyos, donde la vegetación natural tarda años en regenerarse.
Según estimaciones del SERFOR, los incendios registrados en 2024 arrasaron más de 1,200 hectáreas de cobertura vegetal, provocando pérdidas en fauna silvestre y un incremento del riesgo de erosión del suelo. La mayoría de estos siniestros —alrededor del 80%— son causados por actividades humanas, como la quema de pastos para habilitar terrenos agrícolas, una práctica recurrente que persiste por falta de fiscalización y educación ambiental.DÍA Y
REACCIÓN TARDÍA Y DESAFÍOS
Aunque las autoridades regionales insisten en que el nuevo plan permitirá mejorar la respuesta temprana y la coordinación interinstitucional, el retraso en su aprobación mantiene a Arequipa en un estado de vulnerabilidad frente a un fenómeno que se repite año tras año.
El excoordinador del COER, Luis Bedregal, advierte que el problema radica en la falta de continuidad y planificación.
“Cada cambio de gestión implica volver a elaborar documentos, lo que retrasa la ejecución de políticas. Mientras tanto, los incendios siguen aumentando en intensidad y frecuencia”, sostuvo.
En lo que resta del año, el COER Arequipa prevé mantener alertas preventivas en zonas de alto riesgo, especialmente en los distritos de Chivay, Tisco, Yanque, Cayma y Yura, donde las condiciones de sequedad y viento favorecen la propagación del fuego. Sin embargo, sin un plan regional vigente ni presupuesto asegurado, la respuesta ante una emergencia dependerá nuevamente del esfuerzo improvisado de brigadas y comuneros.
Arequipa, una de las regiones más afectadas por incendios forestales en el sur del país, enfrenta así otro fin de año sin una estrategia integral de prevención ni los recursos suficientes para mitigar los impactos ambientales y económicos que dejan las llamas.
