El embarazo adolescente en Arequipa sigue siendo un problema que debe combatirse
Hay niñas desde los 11 años en los casos registrados este año
Por: Daniela Santander Revilla
En Arequipa, el número de embarazos en menores de edad muestra una ligera disminución en 2025, pero la situación sigue siendo alarmante. Mientras que en el año 2023 se reportaron 286 embarazos adolescentes y en 2024 la cifra alcanzó los 289 casos, este año se registraron 196, según información de la Red de Salud Arequipa-Caylloma. Pese a la reducción, se mantiene el riesgo para niñas y adolescentes, incluyendo casos en menores desde los 11 años de edad.
La obstetra Juana Vilca Puma, coordinadora de la Estrategia de Salud Sexual y Reproductiva de la Red Arequipa-Caylloma, precisó que los distritos con mayor incidencia son El Pedregal, que lidera la lista, seguido de Cerro Colorado, Paucarpata, Yura y La Joya. En otros sectores como José Luis Bustamante y Rivero y Alto Selva Alegre, las cifras son menores, pero no inexistentes, lo que evidencia que este problema alcanza a toda la ciudad.

Vilca explicó que todo embarazo en adolescentes menores de 15 años debe ser atendido en hospitales, debido a los graves riesgos médicos que implica. “Estos casos no pueden ser resueltos en centros de salud porque existen mayores probabilidades de complicaciones tanto para la madre como para el recién nacido”, advirtió. La normativa establece controles especializados para proteger ambas vidas ante posibles partos prematuros, preeclampsia o complicaciones neonatales.
La funcionaria señaló además que los embarazos en menores de 14 años son considerados producto de violación sexual, ya que por ley no existe consentimiento válido a esa edad. En distritos como Majes, específicamente en el sector El Pedregal, se han registrado 36 casos solo este año, una situación atribuida a la alta migración, falta de acceso oportuno a servicios de salud y deficiente orientación preventiva. Las autoridades de salud hicieron un llamado urgente a las familias y a la comunidad educativa a reforzar la educación sexual integral, el acompañamiento emocional y la denuncia oportuna, como medidas clave para reducir una realidad que, aunque hoy muestra una leve baja, sigue marcando la vida de cientos de niñas en la región.

