Las ventas minoristas en alimentos básicos alcanzaron 20,448 millones de soles
En Perú, el mercado de alimentos básicos mantiene un desempeño estable y predecible, reflejando el carácter esencial de estas categorías en un contexto de consumo aún condicionado por presupuestos ajustados.
De acuerdo con la metodología de Euromonitor, el análisis de alimentos básicos excluye productos como cuscús, polenta y quinoa, concentrándose en las categorías tradicionalmente consideradas esenciales para el consumo diario del hogar, lo que permite observar con mayor claridad la dinámica del gasto prioritario. La evolución de las ventas y su estructura interna evidencian cómo el consumo se adapta más por recomposición que por expansión acelerada.
En la tendencia reciente, las ventas minoristas de alimentos básicos muestran un crecimiento sostenido entre 2021 y 2025, pasando de S/ 17,403 millones a S/ 20,448 millones. Este avance ha sido moderado, con tasas anuales cercanas al 3 por ciento, lo que indica que el crecimiento responde principalmente a ajustes de precios y a una demanda estable, más que a incrementos significativos en volumen.
En 2025, el desempeño del mercado se explica por una clara priorización del gasto esencial. La estructura de las ventas revela una fuerte concentración en productos horneados, que representan el 68.3 por ciento del total, consolidándose como la principal categoría por su carácter básico y transversal en la dieta diaria. Le siguen arroz, pasta y fideos con 18.2 por ciento, categorías altamente sensibles al precio y fundamentales para el consumo del hogar. En contraste, carne procesada, cereales para el desayuno y frutas y verduras procesadas mantienen participaciones menores, reflejando una mayor selectividad del gasto y una creciente preferencia por opciones percibidas como más simples y menos procesadas.
Para 2026, la proyección apunta a un crecimiento cercano al 4 por ciento, con ventas estimadas en S/ 21,275 millones. Este avance estaría respaldado por una mayor estabilidad de precios y una mejor cobertura de los canales modernos. No obstante, la madurez de las categorías y la persistente sensibilidad al precio sugieren que el crecimiento seguirá siendo gradual, apoyado en eficiencia, accesibilidad y una oferta alineada a las nuevas prioridades del consumidor.

Asimismo, el análisis del volumen comercializado refuerza la idea de que el crecimiento del mercado de alimentos básicos responde más a ajustes de precios y recomposición del gasto que a una expansión significativa de las cantidades consumidas. Tras la fuerte contracción observada en años previos, la tendencia general muestra una estabilización gradual del volumen, con variaciones leves que reflejan un consumo contenido pero constante.
En 2025, el volumen alcanza alrededor de 1,610 miles de toneladas, con un crecimiento marginal de 0.3 por ciento, lo que confirma que los hogares mantienen niveles de consumo prudentes, priorizando eficiencia y control del gasto. Este comportamiento es coherente con un entorno donde la demanda por alimentos esenciales se sostiene, pero sin incrementos relevantes en cantidades, debido a presupuestos ajustados y a una mayor racionalización de las compras.Para 2026, la proyección anticipa un avance moderado del volumen hasta aproximadamente 1,620 miles de toneladas, con una variación cercana al 0.6 por ciento. Este leve repunte estaría asociado a una mejor disponibilidad de productos, aunque sin romper el patrón de crecimiento contenido.

Adicionalmente, la comparación del gasto per cápita en alimentos básicos dentro de la Alianza del Pacífico permite ubicar el consumo peruano en un contexto regional y evidenciar sus diferencias frente a economías comparables. En 2025, el gasto per cápita en Perú se ubica en torno a USD 163, por debajo de Chile y México, que alcanzan aproximadamente USD 321 y USD 322, respectivamente; y por encima de Colombia, con cerca de USD 121. Estas diferencias se explican principalmente por los distintos niveles de ingreso, el grado de formalización del consumo y la mayor penetración de canales modernos en economías como Chile y México, factores que elevan el gasto promedio por persona.
En el caso peruano, el menor gasto per cápita es coherente con una alta sensibilidad al precio y con la priorización de alimentos esenciales sobre productos de mayor valor agregado. Los hogares tienden a concentrar su presupuesto en categorías básicas y ajustan el gasto para sostener el consumo, lo que limita una expansión más significativa del desembolso individual. En contraste, Chile y México presentan patrones de consumo más diversificados y una mayor presencia de productos procesados y formatos de conveniencia, mientras que Colombia mantiene un nivel inferior de gasto per cápita, asociado a menores ingresos promedio y a una mayor dependencia de canales tradicionales.
Para 2026, la proyección anticipa un incremento moderado del gasto per cápita en la región, con Perú alcanzando alrededor de USD 165. Este avance se alinea con lo observado en los indicadores de valor y volumen, confirmando que el crecimiento del mercado continuará apoyándose principalmente en ajustes de precios y en una mejora gradual del entorno económico, más que en un aumento sustancial de las cantidades consumidas.

Por otra parte, al revisar la evolución de la inflación de alimentos en la ciudad de Arequipa, se observa un patrón que complementa y cierra el análisis del mercado de alimentos básicos dentro de un contexto local específico. La tasa de inflación anualizada en Arequipa presentó variaciones a lo largo de 2025, alcanzando su punto más alto a mediados de año y moderándose hacia noviembre; mes en el que la tasa de inflación de los precios de alimentos se situó cerca de 0.34%. Este comportamiento refleja una menor presión de precios en la segunda parte del año, en línea con la tendencia general de moderación inflacionaria observada a nivel nacional; donde la inflación total se mantuvo dentro del rango meta y los alimentos dentro del hogar tuvieron aumentos moderados durante 2025.
Por otro lado, factores temporales como las oscilaciones de precios de frutas, verduras o comidas fuera del hogar; que en algunos meses presentaron mayores aumentos, también han influido en la evolución interanual, aunque sin impulsar una inflación sostenida alta.
Este comportamiento en Arequipa refuerza la idea de que, si bien el mercado de alimentos básicos muestra una demanda relativamente estable, los cambios en los precios responden más a ajustes puntuales de oferta y condiciones locales que a una presión inflacionaria generalizada.
Finalmente, mientras a nivel nacional el mercado de alimentos básicos muestra un crecimiento sostenido explicado principalmente por ajustes de precios, una demanda estable y una recomposición del gasto de los hogares, en la ciudad de Arequipa la moderación de la inflación de alimentos hacia finales de 2025 contribuye a sostener el poder adquisitivo y a facilitar la planificación del gasto familiar.

