Por: Juan Manuel Zevallos Rodríguez – Magister en Salud Mental del Niño Adolescente y Familia

.

Cada ser humano es valioso e importante, y en cada ser humano se halla el tesoro más valioso del universo: la mente.

HOY CONOCI EN EL MUNDO GENTE MARAVILLOSA

Gracias a nuestra mente podemos apreciar los colores del arcoíris y podemos sentir la calidez de un abrazo; gracias a la mente humana podemos hacer realidad los más exquisitos sueños y degustar la más hermosa experiencia.

La mente humana nos lleva a vivir el presente como una experiencia llena de epopeyas afectivas y nos invita a crear nuevos realidades al leer historias llenas de encanto y ficción.

Nuestra mente es el mayor tesoro de la creación y en ella radican nuestras emociones y sentimientos, pensamientos y anhelos, nuestras ansias y alegrías. En ella radica la esencia de cada ser humano y cada ser humano destruye o construye a diario su mente.

Muchos seres humanos a diario se esfuerzan por destruir todas las hermosas capacidades que han desarrollado y vuelven el jardín de la mente en un páramo inhóspito y desolado lleno de conflictividad. En ese concepto de traición personal muchos se esfuerzan a diario en generar ira hacia sus semejantes, tristeza ante sus logros, desdén hacia quienes son, egoísmo y temeridad.

Hoy les pregunto a cada uno de ustedes: ¿Cuál es la mayor obligación que tiene cada ser humano?, ¿acaso será tener una casa grande, generar un buen ingreso mensual, tener comodidades materiales o viajar mucho por el mundo? o ¿acaso será cuidar los bienes emocionales que se albergan en su mente?

A lo largo de los últimos años se han realizado múltiples publicaciones en relación a un tema que debe llamarnos la atención: “La alta rentabilidad de la felicidad”.

Yo vengo y pregunto nuevamente:

¿Si soy feliz podré llevar a cabo de mejor manera cada una de mis actividades?

¿Si soy feliz podré valorar de mejor forma cada bien o pertenencia que tengo?

¿Si soy feliz podré tomar mejores decisiones en mi vida personal, laboral y social?

De seguro que la respuesta a mis últimas tres interrogantes será un rotundo SI

Entonces te pregunto: ¿Eres feliz?, y si tu respuesta es positiva entonces completo interrogándote: ¿en qué se basa tu felicidad?

Pueden existir cientos o miles de posibles respuestas más aquellas que se acercan al convencimiento de la inteligencia socioemocional señalan: “Solo se es feliz si te conoces, si te aceptas, si a diario generas un proceso de cambio que busque despertar mayores capacidades desarrolladas y si te amas plenamente y si amas con la misma pasión al mundo que te rodea”.

No puedes ser feliz si ignoras al ser más importante de la creación: TU MISMO.

No puedes ser feliz si no has trabajado sinceramente tu proceso de reeducación emocional, si no has logrado valorar cada experiencia de tu vida como un momento de aprendizaje; si no has usado cada aprendizaje obtenido en la construcción de tu personalidad.

No puedes ser feliz si no valorar a diario cada parte de tu cuerpo y no puedes ser feliz si no vives enamorado de tus brazos, piernas, ojos, cabellos, cintura, pensamiento, conductas y emociones.

Aquel que se ama a plenitud dialoga consigo mismo y se dice cosas bellas. ¿Cuándo ha sido la última vez que te has dicho palabras hermosas al amparo de un diálogo encantador? ¿Si no lo has hecho o tienes serias dificultades para verte en un espejo y describir a la criatura más bella de la creación podrás entonces aseverar que te amas y por ende eres feliz?

Aquel se ama de verdad vive enamorado de sus emociones e ideas y con un gran placer construye nuevos saberes en su mente. El que se ama de verdad cuida cada pensamiento de su mente y busca en ella la razón para dar solución a tan distintas interrogantes o problemas.

El que se ama de verdad se deleita a diario con cada hermosa emoción que habita su jardín mental y ríe y se alegría y solloza de felicidad ante cualquier pequeño logro que alcance ya que sabe que en la vida no hay logro pequeño ni grande y que todo logro es maravilloso.

Cada ser humano es valioso e importante y hoy cada uno de ustedes a descubierto una nueva manera de ser feliz.

Hoy cada uno de ustedes al levantarse se comprometerán con la mejor persona del mundo, con ustedes; se comprometerán a dar lo mejor de su pensar y sentir en las acciones que lleven a cabo y además se comprometerán a disfrutar el proceso de aprendizaje que desarrollaran en compañía de decenas o cientos de otros seres humanos que de seguro están desarrollando una acción similar.

Hoy cada uno de ustedes se enamorarán de sus acciones, conductas y logros, de sus caídas, perdida y fracasos y al final del día se alegrarán por todo aquello que han hecho y dirán gracias a cada anónimo que se cruzó en su vida y que les permitió llegar al lugar donde están.