Por: Carlos Meneses

Por qué se envía a las regiones carros como los ticos que están desactualizados, sin repuestos y la única condición que se le hace a los dueños es que los pongan en servicio bien pintados de amarillo.

Es una solución para muchos desocupados convertirse en taxistas y no son pocos los que tienen los carritos chicos conocidos como ticos, que podrían enviarlos a servir en el transporte público. El requisito es pintarlos de color amarillo y con ello sus dueños pueden ganar dinero al margen de la edad que tengan las unidades. Eso no se permitirá en Lima, pero el concepto de los limeños es que en provincias se aguanta todo.

En Lima, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones no quiere saber nada con los pedidos de los dueños de ticos que quieren volver a las calles. No obstante, aceptarían que hagan labores en las provincias.

Para quienes piensan que es porque los choferes de regiones tienen más responsabilidad para cuidar de sus pasajeros. No es así. A los que vivimos en las ciudades capitales provinciales y que tenemos serios problemas en el uso y abuso de las calles, la idea no nos gusta, por el riesgo que supone y porque esos vehículos no se fabrican desde fines de la década del 70. De modo que, aunque estén bien pintados siguen siendo un riesgo para quienes los usen.

Los ticos han dejado de circular hace años y están convertidos en piezas de museo, pero no para quienes creen que así se alivia la necesidad de quienes no tienen en qué trabajar.

Estas son las discriminaciones que nos indignan y que evidencia que hay 2 ojos diferentes para ver realidades entre Lima y las regiones. Lo peor para nosotros y, teóricamente, lo mejor para la capital; aunque la delincuencia, por ejemplo, ha resultado más grave en Lima que en las provincias.