¿IMPORTAN LOS MOVIMIENTOS REGIONALES EN LA FORMACIÓN DE LA CLASE POLÍTICA?
Por: Alejandro Paz S.
El congreso aprobó, en la semana, en primera votación reforma constitucional tendiente al ejercicio de la actividad política por medio de partidos políticos o alianzas entre éstos, sosteniendo es por el fortaleciendo, formación y manifestación de la voluntad popular, sin considerarse a movimientos de ámbito local y regional. Se ha criticado que éstos últimos son utilizados para instaurar prácticas antidemocráticas, el clientelismo y los llamados vientres de alquiler para personajes oportunistas, cercanos a la corrupción, todo lo cual debilita el sistema político
Detractores de ocasión y defensores de los ultra derechos anti sistema, oportunistas también, refieren que se atenta contra el derecho de participar en la vida política. Asoma el JNE revelando la importancia de fortalecer a los partidos políticos sin perjudicar a movimientos regionales con un rol importante en el escenario político nacional, requiriendo la consolidación democrática su coexistencia y colaboración. Un JNE con su presidente Salas Arenas cuestionado, de raíces y formación comunista, que cree en el partido único cuyos representantes se eligen en su propia cúpula, qué lecciones puede dar si ampara además la participación de organizaciones extremistas en el quehacer político ajenas al activismo democrático de sus seguidores, tildado responsable de haber permitido la ascensión al poder de Castillo cuyo daño causado al país aún no se repara, que nos ha llevado a crisis económica, social y política como nunca habíamos tenido.
En parte, la crisis política que retrasa el desarrollo sin visión objetiva de Estado cada vez lejos de un real acuerdo nacional para encaminar nuestras políticas y acciones en una dirección viable, es por ausencia de partidos políticos sólidos, que no es antagonista al poder político en sí, que represente a un determinado grupo de la sociedad, sea vocero de su expresión, para acceder a ese poder político conforme a programas, principios e ideología compartidas, lo que no desarrolla un movimiento transitorio electoral o electorero, mayormente motivado por intereses personales o de grupos minúsculos ausentes de control y fiscalización.
Debe asegurarse la vigencia y defensa del sistema democrático, que es ajeno a los extremistas y a quienes levantan nuevamente la voz como defensores de la democracia la cual pisotean y la corrompen; debe asegurarse el participar en los procesos electorales, el formular planes y programas para el desarrollo nacional, representar la voluntad de los partidarios, canalizar su opinión, el contribuir con la educación y comprometer a la población en general para formar líderes y ciudadanos para asumir funciones públicas, como contribuir a la gobernabilidad del país.
No se puede sostener otro gobierno sin programas de consenso nacional, sin ideología, sin sentido de pertenencia, congresistas que se representen asimismo renunciando a su bancada y pierdan legitimidad de su elección sin ser desaforados. Tal reforma implica impulsar también una representación legislativa con personas capacitadas, de férrea moral y compromiso de servir al país, con un Reglamento del Congreso impoluto que no les reserve abusivos derechos, discriminatorios, excesivos y vergonzosos a favor de sus componentes, sino cívicos deberes y sanciones ejemplares para sus infractores. Entonces, ¿importan los movimientos regionales en la formación de la clase política?. El debate queda abierto.