¿Se puede gobernar a la distancia?
Por Carlos Meneses
El propio ministro de Transportes y Comunicaciones, Raúl Pérez-Reyes ha admitido que el sistema de comunicación no fue eficiente menos suficiente para que la presidenta tuviera conocimiento de lo que estaba pasando en el país. Esto no puede volverse a repetir.
Por una decisión del Congreso, la presidenta de la República ha sido facultada a gobernar cuando se aleja de país. Esta situación fue oportunamente denunciada y motivo de cuestionamiento en el propio Parlamento y en tal condición la jefa de Estado ha viajado 3 veces fuera de la República, la última a la lejana China.
Casi inmediatamente se ha visto la conveniencia de que esta situación se regularice, pues a horas de iniciar su visita al Lejano Oriente ha sido posible advertir un vacío que no ha sido satisfecho en realidad y, también, se ha demostrado que alguien tiene que quedar al mando de la Nación cuando el responsable de tal cargo no se encuentra en Lima.
Cuando se produjo la decisión del Legislativo, la oposición planteó la inconstitucionalidad de la medida, pero fue desoída y acudiéndose a medios electrónicos se descartó la posibilidad de que de alguna manera la suplencia necesaria se podía evitar.
Ahora mismo ha quedado demostrado que los contactos no han sido suficientes para demostrar que alguien, en Lima, tenía recursos como para tomar decisiones que correspondían a un jefe de Estado. No existe un caso similar al peruano en ningún otro país de América y que se sepa tampoco fuera de nuestras fronteras continentales. La experiencia ganada obliga a pensar en una solución que esté de acuerdo con realidades, la gobernante no ha podido ser informada satisfactoriamente sobre problemas urgentes que tenía que resolver un responsable con potestad suficiente para hacerlo.
En todo caso el presidente del Consejo de Ministros debió de recibir el encargo de representación y toma de acciones en los casos en que fuera necesario.