El gran igualador

Por: David Tuesta, presidente del Consejo Privado de Competitividad

PERÚ COMPETITIVIDAD

Decía Bill Gates, sin equivocarse, que la tecnología es el verdadero gran igualador. Esta afirmación resuena poderosamente en el contexto de los pagos digitales y su impacto en la inclusión financiera. La transformación digital de los sistemas de pago ha emergido como un catalizador crucial para el desarrollo económico, especialmente en países con amplias brechas de bancarización como el Perú.

El reciente Reporte de Sistemas de Pagos de Sudamérica 2023 evidencia el significativo progreso que Perú ha logrado en este ámbito. Entre 2018 y 2022, el número de pagos minoristas per cápita en Perú se cuadruplicó, pasando de 25 a 99, lo que representa un incremento del 296%. Este avance refleja no solo una mayor adopción de tecnologías digitales, sino también una creciente confianza de la población en estos sistemas, convirtiéndose en una pieza clave del proceso de inclusión financiera, permitiendo que más personas y negocios accedan a servicios financieros formales.

Este acceso simplificado no solo facilita las transacciones cotidianas, sino que también abre la puerta a otros servicios financieros, como microcréditos y seguros, que son esenciales para el crecimiento de la PyMEs, lo que les permite obtener ganancias de productividad y generación de empleo.

En este objetivo, el Banco Central de Reserva del Perú ha jugado un papel protagónico en la modernización del sistema de pagos. La interoperabilidad obligatoria de las billeteras digitales es un ejemplo de cómo la regulación puede incentivar la adopción masiva de tecnologías de pago avanzadas. Este enfoque ha permitido que las transacciones electrónicas sean más accesibles y seguras para una mayor parte de la población, contribuyendo significativamente a la inclusión financiera.

Además, Perú está explorando la implementación de una Moneda Digital de Banco Central (CBDC, por sus siglas en inglés), lo que podría mejorar aún más la eficiencia y seguridad de los pagos digitales. La experiencia de países como Brasil, con su sistema de pagos instantáneos Pix, ha demostrado que estas innovaciones pueden tener un impacto positivo en la economía, facilitando transacciones rápidas y seguras que benefician tanto a consumidores como a negocios.

El impacto de los pagos digitales tiene la bondad de traer una mayor transparencia en las transacciones y reducir el riesgo de robo y fraude, problemas comunes en economías predominantemente basadas en efectivo. Además, durante la pandemia de COVID-19, los pagos digitales permitieron que muchas personas continuaran realizando transacciones sin necesidad de contacto físico, reduciendo así la propagación del virus.

En términos de beneficios directos, el uso de pagos digitales puede reducir los costos asociados a las transacciones tradicionales, como las tarifas por retiro de efectivo y las comisiones bancarias. Esto es especialmente relevante para las poblaciones de bajos ingresos, que a menudo enfrentan mayores barreras de acceso a servicios financieros formales.

El avance de los pagos digitales en el Perú es un claro ejemplo de cómo la tecnología puede ser un motor de inclusión financiera y bienestar económico. La continua adopción y regulación de estas tecnologías tiene el potencial de transformar profundamente la economía peruana, haciendo que los servicios financieros sean más accesibles, eficientes y seguros para todos. Es decir, los pagos digitales no solo son un medio de transacción, sino una herramienta poderosa para la equidad y el desarrollo sostenible en el país.

Dejanos un comentario

Your email address will not be published. Required fields are marked with *.