Por: Carlos Meneses

Al igual que en Venezuela, en Cuba hay apagones frecuentes, incluso en la capital La Habana.

Durante más de 12 horas, la energía e iluminación de toda Venezuela quedó cortada entre la noche del viernes y el sábado. Según Nicolás Maduro fue consecuencia de un atentado que no ha sido explicado, pero que se atribuyó a fascistas y nazistas.

La verdad es que los apagones también ocurren a otros países vinculados a la izquierda extrema como Cuba. Maduro tiene la obligación de precisar qué ocurrió en el caso de su patria.

En definitiva, las carencias son visibles en ese país, también en el abastecimiento de combustibles y en la falta de alimentos suficientes, pero Maduro y su ahora segundo hombre, Diosdado Cabello pregonan hasta que los Estados Unidos los sabotean.

El apagón no solo crea problemas para el funcionamiento del servicio de alumbrado público, artefactos eléctricos y de energía en general, sino que ha provocado las protestas de los ciudadanos por las consecuencias que sufren en el funcionamiento de artefactos eléctricos.

Es el más grave de los cortes de luz producidos en ese país y complicado con un proceso electoral que está lejos de terminar. Mientras cada día aumenta el número de jóvenes que están detenidos acusados de atentar contra la estabilidad estatal.

El atribuirse a fascistas o a nazistas el apagón producido no satisface a nadie, eso tiene que probarse para tranquilidad de los venezolanos y también de quienes viven en un irregular estado de cosas que no tiene cuando terminar.   

Afortunadamente y como no se descarta que pueda repetirse, el gobierno ha asegurado que descontará de los recibos de pago lo que se compute como consecuencia del apagón