Por: Nicolás Besich – Coordinador General Videnza Instituto

La semana pasada el Poder Ejecutivo envió al Congreso de la República el Proyecto de Ley de Presupuesto del Sector Público para el Año Fiscal 2025. El proyecto, que será discutido en el Legislativo los próximos dos meses, plantea un crecimiento en el presupuesto institucional de apertura (PIA) de 4.5% alcanzando los S/ 251,801 millones; S/ 10 mil millones más que lo aprobado para el 2024.

Con respecto a la región Arequipa el proyecto enviado plantea un PIA 2025, para el Gobierno Regional de Arequipa, de S/ 2,727 millones; esto es S/ 118.8 millones más que lo considerado para el 2024. Así, en línea con el presupuesto global, el PIA para el Gobierno Regional de Arequipa aumenta 4.55% con relación al 2024. Sin embargo, la distribución del presupuesto al interior del gobierno regional, entre gastos corrientes y gastos de capital, muestra una clara prioridad hacia estos últimos. Mientras los gastos de capital aumentan de S/ 686.6 millones en 2024, a S/790.7 millones en 2025, es decir 15% más; el presupuesto para gasto corriente pasa de S/ 1,922 millones en 2024 a S/ 1,936 en 2025,  apenas 0.7% más. 

En primera instancia, una mayor asignación a gastos de capital es saludable pues indica que se están priorizando los proyectos de inversión pública, claves para cerrar brechas y mejorar la productividad. No obstante, como desde Videnza hemos reiterado en diversas oportunidades, lo clave no es tanto el presupuesto asignado –este se ha incrementado de manera constante y significativa en los últimos años sin resultados significativos en cuanto a mejoras en la calidad de vida de los ciudadanos–; sino la eficiencia y calidad con la que este se gasta.

Al respecto, cabe destacar que según el Índice Regional de Eficiencia en la Inversión Pública (IREI) de Videnza, al 30 de junio del presente año, Arequipa ocupaba el puesto 12 de 23 gobiernos regionales analizados. En particular, el gobierno regional muestra importantes deficiencias en lo que respecta a (i) sobrecosto de proyectos, donde se ubica en el puesto 18 con 29% de sobrecosto, y (ii) en retraso de proyectos. con 1,219 días de retraso en promedio, lo que la coloca en el puesto 17.

Sin duda los resultados anteriores muestran la necesidad de mejorar la eficiencia en cuanto a la gestión de la inversión pública se refiere. De nada sirve un mayor presupuesto si este no gasta transparente y eficientemente, en proyectos prioritarios para la población.

Finalmente, sobre el presupuesto total para el 2025, tal como ya lo comentó Luis Miguel Castilla, director ejecutivo de Videnza Instituto, no puedo dejar de mencionar que, si bien el aumento en el presupuesto es compatible con las nuevas reglas fiscales de 2.2% del PBI; no hay ninguna garantía que se cumpla la regla fiscal del presente año. Hecho que ha de generar preocupación en el MEF de cara a la duramente ganada estabilidad macroeconómica del país.