¿Cómo fue la relación de Fujimori con Arequipa?

Por Jorge Turpo Rivas

Alberto Fujimori tuvo el respaldo electoral en Arequipa, pero su relación terminó de manera abrupta en el mitin de su campaña para la re-reelección en el 2000. Una historia marcada por encuentros y desencuentros.

SE HOSPEDABA EN EL HOTEL YURA CUANDO VISITABA LA CIUDAD

La habitación 205 del hotel Yura guarda muchos secretos. Es un ambiente de diez metros cuadrados, más parecido a un cuarto de motel austero que a una suite presidencial. Una cama de dos plazas, un ropero de madera, una silla y un baño privado, son todas las comodidades que ofrece.

En la década de 1990, el hotel Yura en particular y la habitación doscientos cinco en especial, se convirtieron en el alojamiento preferido del expresidente Alberto Fujimori, cada vez que visitó Arequipa.

No le importaba viajar los veintiocho kilómetros que separan Yura del centro de la ciudad para quedarse, aunque sea unas horas, en ese hospedaje y disfrutar también del pozo de agua termal El Tigre que forma parte del complejo hotelero.

A Fujimori le gustaba reposar en las aguas sulfurosas y alcalinas a las que se les atribuyen propiedades curativas para el reumatismo, afecciones respiratorias, artritis y enfermedades de las vías urinarias.

Clímaco Araujo, el mozo que atendió a Fujimori cada vez que estuvo en el hotel Yura, recuerda que la primera vez que se bañó el expresidente se puso mal. Es que a los primerizos se les recomienda permanecer sólo quince minutos y Fujimori estuvo cerca de una hora. «Se le subió la presión y se empezó a agitar ⸺dice Clímaco⸺. Felizmente viajaba con su médico».

De aquella primera vez, Clímaco Araujo, también recuerda que Fujimori le preguntó de dónde era.

⸺Del Cusco, de un pueblo que se llama Chumbivilcas ⸺respondió.

⸺La próxima vez que venga a Yura te voy a traer noticias de tu pueblo ⸺le dijo Fujimori.

RELACIONES

Cuando se hizo habitual que Fujimori se aloje en el lejano hotel Yura, los rumores de que frecuentaba a una a amiga arequipeña se difundieron en toda la ciudad. Aún en estos días se comenta que la dama era la hija de un exalcalde de Cayma.

⸺También decían que dejó un hijo en una yureña⸺ me dijo Clímaco Araujo.

Fujimori estaba separado de Susana Higuchi, madre de sus cuatro hijos. Eran sus años de absoluta libertad y disfrute del poder. Se rodeaba de periodistas mujeres a quienes se les recuerda como las “geishas” (la mayoría se fue al extranjero cuando cayó la dictadura). Fujimori se mostraba coqueto con la ex Miss Universo, Cecilia Bolocco, a quien invitó al valle del Colca. También con la hija de Julio Iglesias, quien lo entrevistó navegando el lago Titicaca. La única relación formal que volvió a tener o al menos mostrar convenientemente para su última campaña política, fue con la japonesa Satomi Kataoka.

En sus días de encierro, preso por delitos de corrupción y violación de los derechos humanos, Fujimori recibió visitas frecuentes de la ex congresista María del Pilar Cordero. «¿Es pecado asistir al necesitado?», respondió cuando le preguntaron de una posible relación sentimental con el exgobernante.

La vida sentimental de Fujimori no ha sido tan glamorosa o excitante como parece. «Un hombre que tardó más de treinta años en tener una novia, no parece haber amado jamás a nadie, excepto a sus hijos», resume Toño Angulo Daneri en Llámalo amor si quieres, donde cuenta los amoríos del condenado.

Cuando conoció a Susana Higuchi, cuenta Angulo, ya tenía treinta y cuatro, y solo había tenido una enamorada de origen alemán que lo habría dejado por su carácter aburrido. Fujimori e Higuchi eran vecinos. Él la empezó a enamorar cuando fue su profesor particular de matemáticas. ¿Cómo es un amor que comienza a partir de la solución de unas fórmulas matemáticas?, se pregunta Angulo. El cálculo frío y la racionalidad que contienen los números pueden dejar una rendija abierta para el ingenio y aun para cierta cuota de sorpresa, pero difícilmente para la pasión, reflexiona.

Lo que ocurrió después con la pareja Fujimori Iguchi fue una historia de crónica policial. Susana denunció a Fujimori por mantenerla encerrada y haberla torturado luego de haber hecho público que los familiares de Alberto traficaban con las donaciones al Estado. La denuncia de Higuchi sacó a flote ese cálculo frío y despiadado de Fujimori

QUERIDO HOTEL

Fujimori siempre prefirió la lejanía y los baños termales del hotel Yura a las comodidades del hotel de Turistas de Arequipa (hoy Costa del Sol). A mediados de los noventa, Gonzalo Velásquez era empleado del hotel que pertenecía a la Empresa Nacional de Turismo del Perú, igual que el hotel de Yura.

Recuerda que Fujimori era un hombre de gustos sencillos. Una Navidad ⸺dice Velásquez⸺ llegó al hotel con sus cuatro hijos. «Cocinaron ocho pavos al horno para la familia del presidente y su comitiva, pero a la hora de la cena Fujimori mandó a comprar dos pollos a la brasa para su familia. El pavo fue servido al resto, incluyendo los policías que brindaban seguridad», cuenta Velásquez.

Cuando en enero de 1995, Fujimori decidió privatizar la cadena de hoteles de EnturPerú, dejó fuera del proceso al hotel Yura. «Alojamiento favorito del jefe de Estado Alberto Fujimori no fue incluido en la subasta», informó la revista Caretas en su edición del 2 de febrero de aquel año.

Fueron treinta y tres hoteles privatizados por Fujimori en 1995. Desde entonces, el de Yura fue pasando de mano en mano. Primero estuvo a cargo del Ministerio de la Presidencia, luego pasó al Consejo Transitorio de Administración Regional (CTAR), a la Dirección Regional de Vivienda, al Ministerio de Vivienda y finalmente, el 2008, fue transferido a la Municipalidad Distrital de Yura.

AMOR Y ODIO

La relación de Alberto Fujimori con Arequipa fue tóxica. Tuvo encanto, desencanto, sobresalto y un infeliz final. El romance inició muy bien porque Fujimori siempre tuvo el respaldo electoral de los arequipeños. En la segunda vuelta de 1990 le ganó, en su propia tierra, a Mario Vargas Llosa. En la reelección de 1995 también obtuvo mayoría.

De esos años se recuerda que sus operadores políticos en Arequipa eran, entre otros, el general del Ejército Abraham Cano Ángulo, jefe de la Tercera Región Militar. Cano, promoción del exasesor presidencial Vladimiro Montesinos, terminó en la cárcel acusado de corrupción. Otras cabezas visibles eran Olger Vásquez, entonces presidente del Consejo Transitorio de Administración Regional (CTAR) y Daniel Postigo Cerpa, exfuncionario de la Dirección de Transportes.

Luego empezarían los desencuentros. En 1997, Fujimori sufrió una prolongada silbatina y abucheo en la inauguración de los Juegos Bolivarianos en el estadio de la Universidad Nacional de San Agustín. No pudo terminar su discurso.

Meses antes, el ex rector de la UNSA, Juan Manuel Guillén Benavides, desairó a Fujimori. Ocurre que le había prometido dos millones de soles para el estadio y sólo quiso entregarle uno cuando llegó el momento de cumplir la promesa. Guillén rechazó la oferta.

Una de las consecuencias directas de aquel desencuentro fue que Fujimori dejó a medio construir el puente Quiñones (Consuelo). No quería saber nada de Arequipa.

Hubo intentos de reconciliación, pero todo terminó abruptamente en el mitin de cierre de campaña de Fujimori en el 2000. Hubo gente que le lanzó piedras mientras trataba de moverse al ritmo de El baile del chino en la tarima armada en la Plaza de Armas. La represión de la Policía fue brutal y dejó varios heridos.

RESPUESTA

⸺¿Conoces el colegio mixto Santo Tomás?¬⸺. Le preguntó Fujimori a Clímaco Araujo, cuando volvió al hotel Yura.

⸺Sí, ahí estudié la primaria ⸺le respondió.

⸺¿Y conoces a Primo Araujo y a Nicanor Carrillo?

⸺Sí, Araujo es mi primo y Carrillo era mi vecino.

⸺Me quisieron hacer problemas por las obras que quieren en tu pueblo⸺. Le informó Fujimori cumpliendo la promesa de traerle noticias de Chumbivilcas.

Clímaco Araujo me cuenta esa historia en una mesa de su pensión que pronto convertirá en restaurante en el pueblo de Yura. Junto a su esposa, Epifania Armendariz, han emprendido el negocio aprovechando que consiguieron un lote frente a los baños termales y a pocos metros del viejo hotel donde él trabaja.

⸺¿Y qué comía Fujimori cuando venía a Yura? ⸺pregunto.

⸺Le gustaba el lomo saltado ⸺dice Araujo. Y se adelanta a decirme: Eso sí, nunca vino con mujeres ni amantes como decían.

Antes de despedirnos le sobreviene un recuerdo más. Cuenta que una vez intentaron cambiarle de habitación a Fujimori y le acondicionaron la 204.

⸺Cuando llegó, revisó personalmente hasta debajo de la cama. Después de un rato nos dijo que no se quedaría allí. Le tuvimos que dar la 205 ⸺recuerda.

En Lima, a los 86 años, Alberto Fujimori, falleció el último miércoles rodeado de sus familiares y seguidores cercanos.

Dejanos un comentario

Your email address will not be published. Required fields are marked with *.