Departamentos de Cusco, Huancavelica y Huánuco son los más afectados

Entre enero y el 10 de septiembre de 2024, Perú ha enfrentado una crisis sin precedentes en su manejo de incendios forestales, con 173 incendios reportados en 20 de los 24 departamentos del país. Los departamentos de Cusco, Huancavelica y Huánuco han sido los más afectados. Lamentablemente, estos incendios han resultado en la pérdida de seis vidas humanas hasta la fecha.

La situación se agrava cuando se observa la calidad del aire en la región amazónica, que incluye Brasil, Perú y Bolivia, y que actualmente es catalogada como muy peligrosa para la salud según el portal IQAir. El aire nocivo se está extendiendo hacia el norte de Argentina y Uruguay, además de otras regiones de Brasil, Bolivia y Perú.

Miguel Vargas, director ejecutivo del Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social (Cejis), ha alertado sobre el grave impacto que estos incendios están teniendo. “Estamos en un momento alarmante. El fuego no solo está devastando la biodiversidad y los bosques, sino que también está afectando los derechos de las comunidades indígenas y campesinas, que se ven obligadas a abandonar sus hogares y enfrentar la contaminación del aire”, expresó Vargas. Añadió que “los pueblos indígenas están cada vez más amenazados por la presencia del fuego”.

El general en retiro Martín del Castillo, coordinador del Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN), ha informado que entre 2021 y 2024 se han registrado 1,057 incendios forestales en Perú, con un incremento notable en la temporada que va de agosto a diciembre. La temporada crítica se concentra especialmente en septiembre y octubre, coincidiendo con la presencia de vientos fuertes en la zona Andina, que intensifican la propagación de los incendios.

La situación es crítica en varias regiones del país, especialmente en Ucayali y Madre de Dios, donde la calidad del aire ha disminuido drásticamente. La extensión del aire contaminado hacia otras regiones de la selva y los Andes peruanos amplifica la urgencia de una respuesta efectiva para mitigar estos incendios y proteger tanto a la población como al medio ambiente.

El panorama actual exige una acción inmediata y coordinada para enfrentar los incendios forestales y sus consecuencias devastadoras, tanto para las comunidades afectadas como para el ecosistema de la región.