Por: Jiori García

El Gran Almirante ampara al Perú desde el mar

Luego de 145 años del Combate de Angamos, el Gran Almirante Miguel Grau continúa inspirando a los miembros de la Marina de Guerra del Perú como ejemplo de lucha y valentía. Para el Alonso Barrionuevo, Teniente primero de la Marina de Guerra del Perú, el sacrificio de Grau, incluso sabiendo la inferioridad en la que se encontraba la Marina, no solo habla de la entrega del Almirante sino también la de sus valerosos marineros.

Al marcar las 9:50 de la mañana, y como es tradición en cada 8 de octubre, se guardó un minuto de silencio en homenaje al Caballero de los Mares, al ser esa la hora exacta en la que sacrificó su vida en defensa del país. Con más de 15 años como miembro de la Marina de Guerra del Perú, Barrionuevo mantiene presente esta tradición coleccionada desde su paso por la escuela de formación hasta el momento de su graduación. “Son estas a las que nosotros, como marinos, nos marcan”.

Y es que el sacrificio de Grau junto a sus hombres a bordo del monitor Huáscar recuerda el ferviente amor por la patria. Llevándolos a aguantar meses contra la escuadra chilena, a pesar de las desventajas que enfrentaban. “Tiene valores que nos sirven no solo a militares sino también a toda la población en general, lideradas por honor, entrega y respeto. Tengan a estas figuras y héroes para que sea su norte y brújula para que guien sus vidas”, sugiere Barrionuevo.

El héroe máximo del Perú descansa en paz tras defender hasta la muerte a su nación. Miguel Grau, custodia su patria bajo el mar y abarca mucho más allá del horizonte. Junto a él, descansan también sus valerosos marineros, dignos herederos del mar.